Redacción
Un grupo de manifestantes ingresó al vestíbulo de la Torre Trump en Nueva York para rechazar públicamente las acciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La protesta apuntó a las redadas y deportaciones realizadas en el marco de las políticas migratorias federales, en particular hacia ciudadanos de El Salvador.
Durante la manifestación, los participantes entonaron consignas en demanda del regreso de personas expulsadas del país, mientras permanecieron sentados en el área de ingreso del edificio. Las fuerzas policiales intervinieron y trasladaron a 24 personas bajo custodia, en una operación que se desarrolló sin reportes de enfrentamientos violentos.
Este episodio se inscribe dentro de una serie más amplia de movilizaciones que han comenzado a extenderse a otros puntos de la ciudad. Los organizadores buscan visibilizar su desacuerdo con el funcionamiento del sistema migratorio, especialmente en lo relacionado con la ausencia de procesos legales plenos para quienes enfrentan detenciones.
Desde la administración municipal, el alcalde Eric Adams expresó su posición frente a estas acciones. Las autoridades locales trazaron una línea clara frente a eventuales expresiones de violencia o desorden, en referencia a protestas recientes que tuvieron lugar en Los Ángeles. El mensaje busca evitar un escenario similar en la ciudad de Nueva York, donde la tensión migratoria se encuentra en ascenso.
Las manifestaciones, aunque inicialmente focalizadas, adquieren un carácter simbólico al desarrollarse en espacios ligados a figuras clave de la política nacional. La reacción de las autoridades, tanto locales como federales, marcará el curso de los próximos días ante un conflicto que combina elementos de legalidad, derechos civiles y presión política.