REDACCIÓN, 2 Marzo 2020.- Los profesionales médicos de Estados Unidos en la primera línea de la lucha contra el coronavirus están presionando a los políticos para que los protejan de posibles demandas por negligencia, a medida que asumen funciones fuera de sus especialidades por la expansión de la pandemia.
Las filiales estatales de la Asociación Médica Estadounidense y otros grupos que representan a proveedores de atención médica han estado presionando a los gobernadores para que haya una cobertura legal de las decisiones tomadas en las salas de emergencia afectadas por la crisis de salud.
Más de media docena de médicos y enfermeras de salas de emergencias dicen estar preocupados por la responsabilidad, ya que anticipan racionar la atención o realizar trabajos para los que no están debidamente preparados debido a la escasez de personal y equipos causada por el brote.
Los gobernadores de Nueva York, Nueva Jersey y Michigan han respondido con órdenes que elevaron el estándar para lesiones o muertes mientras los médicos trabajan en apoyo de la respuesta estatal al COVID-19 para acusaciones de negligencia a negligencia grave.
Los médicos, que durante mucho tiempo culparon a las demandas por negligencia de aumentar los costos de la atención médica, esperan que otros estados sigan ese ejemplo.
El senador republicano Ben Sasse presentó el lunes una legislación que protegería a los doctores que se desempeñan fuera de su área de especialidad o que usan un dispositivo médico modificado. La protección se extendería al hecho de brindar tratamiento fuera de instalaciones de salud estándar.
El presidente Donald Trump advirtió el martes que el brote podría matar hasta 240.000 personas en el país y que el impacto se intensificaría en las próximas semanas, lo que podría superar la capacidad de atención de los hospitales.
Médicos y enfermeras dijeron que les preocupa la falta de equipos y la obligación de resucitar a los pacientes sin los ventiladores necesarios para hacerlo.
En un ejemplo de cómo los profesionales de la salud podrían estar expuestos a demandas por negligencia, varios médicos dijeron que la creciente demanda de camas de hospital significa que no podían ser tan cautelosos como lo serían normalmente con los pacientes sin coronavirus.
Mientra esta pandemia empezaba, las consecuencias de el inmenso declive de la demanda de hidrocarburos, envió a los precios del crudo a sus menores niveles desde 2002, a cerca de 20 dólares por barril, golpeando los presupuestos de las grandes naciones productoras y resultando en un fuerte revés para la industria de hidrocarburos no convencionales de Estados Unidos, que no puede competir con valores tan debilitados.
La presión bajista se intensificó por la batalla para tener mayor participación de mercado entre Rusia y Arabia Saudita, que no pudieron llegar a un acuerdo para extender su pacto de recortes de suministros, alcanzado en el marco de la alianza OPEP+ a inicios de marzo.
Las dos naciones, en plena disputa, anunciaron poco después del colapso de su acuerdo que elevarían su producción de crudo, lo que colaboró con la debacle del mercado.
No obstante, el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, dijo hoy que Moscú ya no planeaba subir el bombeo y afirmó que estaba dispuesto a cooperar con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y con otros productores para estabilizar los precios del barril.
El líder de facto de la OPEP, Arabia Saudita, llamó a sostener una reunión de emergencia de la OPEP y productores fuera del bloque. No quedó claro si el encuentro se iba a realizar ni en qué fechas.
Trump sostuvo que habló con su par ruso, Vladimir Putin, y con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, y que ahora espera que las dos naciones recorten su producción en 10 millones de barriles por día (bpd), una cifra sin precedentes que representaría el 10% del suministro mundial.
El mandatario dijo que los recortes podrían llegar hasta 15 millones de bpd, pero no especificó si Estados Unidos −el mayor productor de crudo del mundo− contribuiría a las reducciones, una medida que está prohibida por la legislación antimonopolios del país.
La demanda mundial de petróleo ha caído en un tercio o en 30 millones de bpd en la semana, ya que unas 3,000 millones de personas en el mundo están confinadas en sus casas por la pandemia de coronavirus.
Por si no fuera poco y para iniciar el mes y las medias adecuadas ante este brote, la Armada de Estados Unidos evacuó a 1,000 marineros del portaviones nuclear USS Theodore Roosevelt, anclado en la isla de Guam, y en el cual se han registrado cerca de un centenar de contagios del Covid-19.
Los marineros serán puestos en cuarentena en habitaciones de un hotel en la isla estadounidense de Guam, tras reportar que el brote de coronavirus al interior del barco asciende a 93 casos.
El secretario interino de la Marina, Thomas Modly, dio a conocer la cifra y mencionó que los elementos enfermos hasta el momento representan más de 10 por ciento de los casos de contagio en el ejército de Estados Unidos.
Un alto funcionario de Defensa declaró a CNN que la Marina espera que aumente el número de casos conforme se entreguen más resultados de las pruebas aplicadas a mil 273 miembros de la tripulación.
En el barco hay aproximadamente cuatro mil personas y, de acuerdo con Modly, al menos mil han sido evacuadas y trasladadas a la costa de Guam, en el Pacífico Occidental, donde el portaaviones se encuentra anclado en este momento.
Asimismo, informó que en los próximos días se evacuará a dos mil 700 más miembros de la tripulación; sin embargo, el jefe de Operaciones Navales, el almirante Mike Gilday, expresó que la nave no puede ser evacuada en su totalidad por la necesidad de continuar con tareas esenciales como la operación del reactor nuclear del barco.