* Graves incidentes durante manifestación contra el presidente Michel Temer en Brasilia.
* Cinco heridos y varios ministerios fueron invadidos, depredados e incendiados.
Brasilia.- La nueva crisis política en Brasil desembocó en graves incidentes durante una manifestación contra el presidente Michel Temer en la capital Brasilia, que dejó cinco heridos y en la que varios ministerios fueron invadidos, depredados e incendiados.
Al menos 35 mil personas marcharon este miércoles hasta la Explanada de los Ministerios en Brasilia, el Palacio Presidencial y la sede del Legislativo, donde se montó una barrera de policías para evitar la llegada de los manifestantes.
Representantes de organizaciones sindicales y movimientos sociales de campesinos sin tierra portaban pancartas exigiendo la dimisión de Temer por los escándalos de corrupción, así como la celebración de comicios para elegir un nuevo jefe del Estado.
A media tarde, graves enfrentamientos estallaron entre la policía y los manifestantes, con gases lacrimógenos, piedras y palos en la gran explanada de césped que corta el centro de Brasilia.
A pesar del dispositivo de seguridad, que involucró a cientos de policías, los manifestantes -muchos de ellos llegados a Brasilia en medio millar de autobuses procedentes de todo el país- llegaron hasta los edificios ministeriales.
Invadieron al menos cuatro inmuebles y provocaron fuego en la planta baja de la sede de Agricultura.
Ante el caos, el presidente Temer desplegó tropas federales para proteger el patrimonio público y la seguridad en Brasilia, una ciudad donde las sedes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial están separadas por apenas unos centenares de metros.
El ministro de Defensa brasileño, Raul Jungmann, realizó un pronunciamiento en el que dijo que «no permitirá que actos como este turben un proceso que se desarrolla de forma democrática y con respeto a las instituciones».
«Se trata de violencia, vandalismo, agresión al patrimonio público», agregó, sin precisar cuántos militares participarán en el operativo.
Al menos cinco personas fueron heridas en los enfrentamientos, mientras la secretaría de seguridad del Distrito Federal brasileño investiga si hubo un manifestante alcanzado por una bala disparada con un arma de fuego.
La decisión de Temer de convocar al Ejército tuvo una repercusión inmediata en la Cámara Baja, donde los ánimos se polarizaron entre coalición gubernamental y oposición desde que la semana pasada estalló el escándalo que afecta al presidente.
Los diputados se enfrentaron con empujones, amenazas e insultos en el pleno de la cámara cuando los parlamentarios de la oposición acusaron de maniobras dictatoriales a Temer por usar al Ejército para mantener el orden en Brasilia.
Hace una semana Temer fue acusado y está siendo investigado por la fiscalía por corrupción, obstrucción a la Justicia y formación de organización criminal, al ser sospechoso de participar en tramas de recepción de dinero a cambio de favores políticos a grandes empresas.
El empresario Joesley Batista, de la empresa JBS, la mayor productora de carne del mundo, reveló -incluso con una grabación de audio- que Temer conocía sus planes para sobornar a jueces, diputados y políticos.
Desde entonces, un sector de la prensa, la sociedad civil y partidos de oposición reclaman la dimisión de Temer, que rechaza dejar el poder y niega haber cometido irregularidades durante su mandato, que inició hace apenas un año.
En Río de Janeiro también hubo protestas frente a la asamblea legislativa estatal, que este miércoles votaba una serie de recortes para tratar de salir de la profunda crisis económica que ha dejado al estado al borde de la bancarrota.
En un marco de alto desempleo, que afecta a 14 millones de personas, y de dos años continuados de recesión el descontento crece entre los brasileños contra su clase política, en un marco de macroescándalos de corrupción que han azotado a la elite dirigente.