Redacción
El 11 de junio, el gobierno de Guatemala activó el Plan Mercurio como respuesta a una situación tensa en la frontera con México. La medida busca fortalecer el control territorial en los límites con Chiapas, donde operan grupos del crimen organizado que han generado preocupación en ambos países. La acción guatemalteca ocurrió días después de que fuerzas especiales mexicanas ingresaran a territorio guatemalteco, lo que provocó una reacción diplomática.
El despliegue militar se concentra en el departamento de Huehuetenango, una zona clave por su extensión territorial, su ubicación geográfica y la cantidad de pasos clandestinos que conectan ambos países. En ese contexto, unidades del Ejército guatemalteco iniciaron patrullajes y vigilancia aérea con el objetivo de contener el movimiento de estructuras criminales, como el Cártel Chiapas Guatemala, vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación. Durante el reciente operativo, perdió la vida Baldemar Calderón Castillo, identificado como uno de los principales líderes criminales en esa región.
La intervención fronteriza por parte del grupo élite mexicano Pakal se produjo el 8 de junio en inmediaciones de la carretera Panamericana, lo que motivó a las autoridades guatemaltecas a implementar medidas de control más rigurosas. Desde entonces, comunidades como La Mesilla han comenzado a bloquear accesos informales para reducir la circulación de personas, vehículos y mercancías entre ambos países.
Esta no ha sido la única ocasión en que Guatemala ha desplegado operaciones militares en la frontera. En julio de 2024, el Ejército movilizó efectivos por conflictos similares entre grupos criminales, lo que llevó al desplazamiento de varias familias mexicanas hacia territorio guatemalteco. En ese entonces, las tropas recorrieron desde los límites con San Marcos hasta El Quiché, y se realizaron operativos aéreos en busca de presuntos delincuentes. Las comunidades afectadas, por su parte, tomaron medidas propias como la construcción de zanjas y muros para impedir el paso de vehículos utilizados por los grupos armados.
Del lado mexicano, la presencia militar también se ha mantenido en puntos estratégicos del estado de Chiapas. En lugares como Frontera Comalapa y Ciudad Cuauhtémoc, los soldados permanecen en alerta mientras las autoridades buscan contener los efectos del conflicto criminal que se extiende a lo largo de la frontera.