Redacción
Cientos de migrantes, provenientes de Latinoamérica y África, se congregaron frente a la Casa Blanca para instar al presidente Joe Biden a cumplir con su compromiso de campaña de proporcionar un estatus migratorio a los aproximadamente 11 millones de personas que residen en Estados Unidos.
Uno de los manifestantes, Martín Pineda, originario de Guanajuato (México) y residente en las afueras de Chicago, compartió su historia de décadas de trabajo en Estados Unidos sin acceso a una pensión debido a la falta de un estatus migratorio. Pineda expresó su descontento por no poder recibir una pensión en México ni en Estados Unidos después de tantos años de pagar impuestos.
Al asumir la presidencia en enero de 2021, Biden propuso una reforma al sistema migratorio que obtuvo respaldo en la Cámara Baja, pero no logró avanzar en el Senado. Con una mayoría republicana en la Cámara de Representantes, las posibilidades de una reforma migratoria antes del final del mandato de Biden son limitadas.
Los activistas, liderados por organizaciones como Voces Unidas Action Fund, promovieron la marcha y proponen a Biden utilizar su autoridad ejecutiva para otorgar estatus legal a diversos grupos migratorios. Sugieren la expansión del Estatus de Protección Temporal (TPS) para diferentes nacionalidades y la Salida Forzosa Diferida (DED), una protección contra la deportación.
A pesar de la posibilidad de obtener un estatus legal humanitario, como el TPS o el parole humanitario, los migrantes enfrentan barreras como el idioma, la dificultad para acceder a un abogado y retrasos en los trámites, lo que condiciona su vida en Estados Unidos.
Un estudio del Centro de Investigación Pew estima que alrededor de 10.5 millones de personas migrantes viven en Estados Unidos sin un permiso migratorio. En 2021, el gobierno estadounidense recaudó aproximadamente 30,800 millones de dólares en impuestos de personas migrantes, según datos del American Community Survey de la Oficina del Censo de Estados Unidos.
