El también experto en manglares expuso en entrevista, que existe preocupación por la contaminación de dichos puntos porque, en ellos, «muchas veces se limpian los peces que se han traído y luego de limpiarlos tiran esos residuos en las dársenas, además de grasas y aceites”.
Respecto a la contaminación en aguas locales, asociada a cruceros y tránsito de buques, enfatizó que «en la parte más marina las condiciones del mar son buenas».
En el caso de los atracaderos, «son cuestiones muy puntuales que se van dando y se requiere de una atención más precisa de las autoridades de los recintos portuarios para el manejo adecuado de este tipo de sustancias peligrosas y tóxicas, así como biológicas-infecciosas”, opinó.
Agregó que este es un tema que debe ser atendido por la Administración Portuaria Integral (API) y los municipios e insistió en que «desde hace tiempo se sabe de la presencia de grasas, aceites, además de microorganismos coliformes y enterobacterias», estos últimos asociados a deshechos humanos.
«En ciertas dársenas, las cooperativas no tienen baño y son áreas de recepción y mala disposición de este tipo de residuos. Hace falta mucho más trabajo y que haya una atención precisa de las autoridades navales y de la API, en cuanto a todas las de la costa, no sólo Yucalpetén y Celestún”, señaló.
Respecto a su asociación con el fenómeno natural de la marea roja, que provoca mortandad de peces y en algunas ocasiones puede ser tóxica para el hombre, el funcionario estatal reconoció que la contaminación por desechos pesqueros puede incidir en su aparición.
Mencionó que existen dos puntos de origen de la marea roja, el Canal de Yucatán, en la zona de Cabo Catoche, entre mayo a septiembre, y el anillo de cenotes en el área de Dzilam.
Entre mayo y septiembre, precisó, existe aceleración de las corrientes del Canal, suben estas aguas frías llenas de nutrientes hacia la plataforma y se genera una área de alta productividad, lo que puede concluir en mareas rojas por un crecimiento desmedido de organismos.
En el caso de Dzilam, se tiene una influencia más terrestre por los desechos porcícolas de aguas residuales, fertilizantes, así como nutrientes de la zona costera, que se generan con las lluvias infiltraciones y arrastres de los contaminantes, pero para la marea roja es benéfica para su alta fertilización.
Por ello, abundó, los desechos de peces que se tiran a los muelles, como las vísceras, contribuyen a la fertilización del agua. “Luchamos para que lejos de ahí, tierra adentro, las granjas agrícolas tengan biodigestores, haya plantas de tratamiento en fraccionamientos, o se limpien las fosas sépticas”, externó el funcionario.