Redacción
El gobierno del presidente Joe Biden de Estados Unidos inició un nuevo reglamento que denegará el asilo a la mayoría de los migrantes que intenten cruzar de manera ilegal la frontera con México. La versión final de la regulación no tiene grandes cambios respecto al borrador publicado en febrero. En el nuevo reglamento se instaura la presunción de que los migrantes que lleguen a la frontera no podrán tener acceso al derecho al asilo si antes no han buscado protección en otros países, o bien, si no han utilizado las vías legales para ingresar a EU.
El gobierno de Biden espera un posible aumento de cruces fronterizos no autorizados con la finalización de las restricciones fronterizas por Covid-19, instauradas en marzo de 2020 por el ex presidente Donald Trump. Estas permitían a las autoridades estadounidenses expulsar rápidamente a migrantes de Centroamérica y el Caribe a México, sin la posibilidad de solicitar asilo.
Bajo el nuevo reglamento, los agentes fronterizos pueden liberar a los migrantes en las ciudades limítrofes si el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE) y las organizaciones benéficas no cuentan con la capacidad de aceptarlos. La medida ha sido criticada por los republicanos, pues retrocede las políticas de línea dura del expresidente Donald Trump.
En contraste, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) dijo que presentará una demanda contra la política de Biden, mientras que un grupo de 22 fiscales estatales republicanos se opuso a la medida, afirmando que está “plagada de excepciones“. El gobierno de Biden ha instalado centros de procesamiento de migrantes en Colombia y Guatemala, en donde podrán realizar el proceso para solicitar asilo.
El Título 42, una norma sanitaria impuesta por el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) que permitía las expulsiones en caliente con la excusa de la pandemia, llega a su fin. Para reemplazarla y con la intención de frenar lo que se espera que sea un aumento considerable de la migración por tierra, la Administración de Joe Biden ha puesto en marcha una serie de medidas que restringen el acceso al asilo en la frontera, que, según expertos y activistas, son similares a las políticas promovidas por Trump que el demócrata prometió revocar durante su campaña electoral.
El uso del Título 42 ha sido ampliamente criticado por organizaciones en defensa de los derechos humanos, que aseguran que se trata de una violación del derecho internacional, ya que prohíbe que personas que necesitan protección puedan pedir asilo en EE.UU. A su vez, ha sido objeto de varias demandas judiciales, tanto pidiendo que se retire como que se mantenga. Sin embargo, el final del Título 42 viene de la mano del levantamiento de la emergencia nacional por la pandemia.