Rafael Rodríguez
Los cuerpos de Javier Campos y Joaquín Mora, los sacerdotes jesuitas que fueron ultimados a tiros el pasado 21 de junio en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua, fueron llevados a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la ciudad de Chihuahua, para recibir el último adiós por parte de feligreses, amigos y la comunidad católica de la congregación.
Durante una misa con ambos cuerpos presentes, celebrada el pasado sábado, sacerdotes de la misma congregación de jesuitas pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que revise la estrategia de seguridad implementada en el país ante la ola de violencia.
““Respetuosamente pido, pedimos, señor Presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública, porque no vamos bien, y esto es clamor popular”, señaló Javier Ávila, líder de la comunidad en Cerocahui, Chihuahua.
Además, señaló que “los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos“, en una clara referencia a la frase que López Obrador acuñó para enfrentar a la delincuencia “abrazos no balazos”.
Durante su última parada, decenas de feligreses se dieron cita en iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la ciudad de Chihuahua para dar el adiós a los sacerdotes, entre los que se encontraban miembros de la comunidad rarámuri de Cerocahui.
Los dos sacerdotes murieron el pasado 21 de junio cuando personas armadas ingresaron a la iglesia de Cerocahui mientras seguían a un guía turístico, y en donde se encontraban los sacerdotes, para posteriormente ultimar a tiros a las tres personas y huir con los cuerpos.
Hasta el momento continúan las investigaciones para dar con un sujeto que fue reconocido como “El Chueco” y quién estaría directamente relacionado con este lamentable hecho.