En sistema anticorrupción.
El Poder Legislativo reconoció la voluntad política y el esfuerzo de los tres órdenes de gobierno para concretar la reforma constitucional que crea el Sistema Nacional Anticorrupción.
Durante la ceremonia en la que el presidente Enrique Peña Nieto promulgó dicha reforma, los presidentes de las mesas directivas del Senado, Luis Miguel Barbosa, y de la Cámara de Diputados, Julio César Moreno, resaltaron la responsabilidad de los legisladores, así como el impulso del Ejecutivo federal para llegar a esa reforma.
El presidente del Senado, Luis Miguel Barbosa, consideró que el Sistema Nacional Anticorrupción es un punto fundamental para poner fin a esa práctica, que ha crecido ante la alta posibilidad de no recibir castigo por infringir una norma o una ley.
En el Patio de Honor de Palacio Nacional, subrayó que el tema adquiere mayor relevancia debido a que los servidores públicos representan a la autoridad y por lo tanto al Estado, y la percepción es que si uno de ellos es corrupto todo el Estado lo es.
El senador consideró que el Congreso mexicano puso su mejor esfuerzo y talento para llegar a un «buen producto legislativo», que estuvo apoyado por todas las fuerzas políticas.
De igual manera, reconoció la propuesta emitida desde el Ejecutivo federal, que fue objeto de diversas adiciones, aunque señaló que quedaron temas pendientes, como abrir el debate para eliminar el fuero.
Barbosa Huerta reconoció la voluntad del Estado mexicano para que la política mexicana rechace la corrupción y elimine décadas de vicios, inercias y malas prácticas públicas.
Asimismo, llamó a que los actos de corrupción en el presente proceso electoral no queden impunes, pues las campañas no son épocas en las que todo se vale y todo se pueda hacer.
En su oportunidad, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Julio César Moreno Rivera, coincidió en que la reforma constitucional es uno de los cambios más importantes e históricos, pero subrayó que implica un cambio en la forma de pensar y actuar no sólo de los servidores públicos, sino de la ciudadanía.
Consideró innegable que la LXII Legislatura aprobó reformas estructurales a la Carta Magna que rendirán frutos y que ahora el Congreso adquiere el compromiso de aprobar la legislación secundaria que dé ese espíritu a la reforma.