viernes, marzo 29, 2024
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De tragahumo a profesionales del fuego

POR Sergio MACEDO GONZÁLEZ

No es “echarle agua hasta que salgan sapos”

Combatir un incendio es una tarea que no solo requiere valor y actitud de servicio, detrás de los   bomberos que acuden a los llamados de la ciudadanía hay cientos de horas de capacitación en aulas y prácticas de campo, poco a poco dejaron de ser los mal llamados traga-humo y hoy en día son profesionales en el manejo y extinción del fuego, además de expertos en la realización de rescates en zonas diversas.

Hasta hace algunas décadas se creía que el combate de incendios se hacia con una sólo técnica, de vez en cuando se escuchaba decir, “échale agua hasta que salgan sapos”, afortunadamente la capacitación y profesionalización de los cuerpos de bomberos a nivel nacional ha avanzado a pasos agigantados, ahora los métodos han mejorado y se cuenta con personal competente y preparado para atender una emergencia de la mejor manera.

Oscar Enrique Estévez Ojeda lleva casi tres décadas dedicado al combate de incendios en el municipio de Naucalpan, así como en la hoy llamada Ciudad de México. En 28 años de servicio ha acumulado un sin número de experiencias, una de ellas tiene que ver con el tema de capacitación, asegura que desde el primer día en que se convirtió en bombero, aquel lejano 16 de febrero de 1992, su objetivo fue aprender todos los días algo nuevo para desempeñar su trabajo de forma profesional.

Relata que hace muchos años los bomberos basaban su capacitación en una especie de manual conocido como las 22 preguntas de Bomberos del Distrito Federal, pero ahora todo ha cambiado y existen diversos centros de adiestramiento con un buen nivel, uno de ellos se ubica en el municipio de Texcoco, otro que es conocido como La Posta, el Instituto de Capacitación para Brigadistas de Protección Civil, uno más el estado de San Luis Potosí entre otros más.

Asegura que el avance en materia de capacitación para los bomberos que se desempeñan en el ámbito público en el país se impulsó a partir de la consolidación de sus colegas en el espacio privado, pues las empresas comenzaron a invertir en la profesionalización de sus elementos, incluso enviarlos al extranjero para incrementar sus conocimientos en el combate de incendios, con ello mucha información llegó al país,  comenzó a distribuirse entre el gremio y con ello la creación de centros especializados en la formación de profesionales en la materia.

Estévez Ojeda señala que en los Estados Unidos de Norteamérica la capacitación de los bomberos es muy importante, incluso las universidades trabajan en coordinación con las autoridades para instruir al personal de emergencias, en México las instituciones de educación superior poco a poco comienzan a interesarse en el tema, sin embargo, no se ha consolidado esa colaboración.

Esta situación no ha sido obstáculo para cientos de servidores públicos y voluntarios quienes han buscado alternativas para su formación integral como profesionales en el combate de incendios, siendo las nuevas tecnologías de la información un aliado para acceder al conocimiento que se genera en todo el mundo.

 PROFESIÓN DE 24 HORAS

A diferencia de otros servidores públicos que trabajan ocho horas diarias, cinco días a la semana, los bomberos cubren guardias de 24 horas de servicio por 48 de descanso, las cuales  se dividen en acondicionamiento físico, capacitación teórica y práctica, así como instrucción de orden cerrado, además de permanecer atentos para atender cualquier servicio de emergencia que pueda surgir durante su turno.

La formación teórica y práctica que reciben los bomberos tiene que ver con el conocimiento del manejo y comportamiento del fuego, evacuación de inmuebles, comando de incidentes, métodos de propagación del fuego, transferencias de calor, identificación de los colores del humo, sustancias químicas, primeros auxilios, manejo de cuerdas, buceo, espeleología, rescate en espacios confinados, rescates urbanos,   extracción vehicular,  estrategias para combatir los diferentes tipos de incendios a los que se enfrentan todos los días, entre otros temas.

Estévez Ojeda señala que apagar un fuego es relativamente sencillo, sin embargo, existe una  serie de fenómenos que ocurren a la par del incidente y es lo que lo complica, “no se trata de echarle agua hasta que salgan sapos, se requiere conocimiento del fuego, de estrategias, saber qué tipo de chorro de agua se requiere,  a qué presión para no colapsar una estructura, y eso no se aprende de la noche a la mañana, son años de capacitación”.

Los bomberos arriesgan su vida en cada servicio, lamentablemente su actividad no es considerada una profesión, aun cuando su trabajo implica formación y capacitación constante al igual que otras carreras. “Sabemos que nos desarrollamos en una rama diferente al ambiente académico, pero al igual que un médico, un ingeniero, un abogado o un profesor tenemos que estudiar mucho, capacitarnos, nosotros somos los profesionales del fuego”, dice orgulloso Estévez Ojeda.

Paradójicamente el fuego no es el peligro más grave al que se enfrentan los bomberos en el país, pues para eso se han preparado toda su vida, la adversidad más grande muchas veces se encuentra detrás de un escritorio disfrazada de tramitología que impide la inversión en equipo de protección personal, unidades operativas en buenas condiciones, capacitación, uniformes, instalaciones dignas, tal parece que la prevención y seguridad de la ciudadanía se sigue considerando como un gasto. JUSTAMENTE HACE UNOS DÍAS BOMBEROS DE TOLUCA MANIFESTARON SU MIEDO NO A UNA EXPLOSIÓN O UNA EMERGENCIA, SINO A LAS MALAS CONDICIONES BAJO LAS CUALES REALIZAN SU LABOR DIARIA.

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