Por: Sergio Macedo
Este 24 de junio se conmemora el Día del Socorrista. Para festejar, decenas de paramédicos en México agradecen seguir vivos luego de enfrentar a la pandemia de coronavirus que sacude al mundo entero, la cual ha costado la vida de millones de personas, así como de miles de trabajadores del sector salud.
A pesar de contar con el reconocimiento de la sociedad, los paramédicos también piden que las autoridades de los tres órdenes de gobierno hagan algo más para dignificar su profesión; mejoras en las condiciones laborales, incrementos salariales, dotación de insumos, uniformes, acceso a créditos para viviendas, servicio médico, profesionalización, capacitación constante, seguros de vida, instalaciones modernas, horarios adecuados, estas son solo algunas demandas que desde hace muchos años impiden a los socorristas festejar su día como lo merecen.
Fabiola Posadas Rodríguez, es Técnica en Urgencias Médicas, voluntaria desde hace más de 20 años y coincide en señalar que durante muchos años esta profesión ha sido relegada, reconoce que existen infinidad de rezagos en materia laboral, pero a pesar de los adversidades a las que se enfrentan todos los días, el deber de ayudar a la ciudadanía es primero, pues la vida de muchas personas depende del compromiso profesional de los paramédicos, el cual va más allá de la precariedad en la que laboran muchos socorristas.
Heredera del legado de Henry Dunant, fundador del movimiento de la Cruz Roja, Posadas Rodríguez insiste en la importancia de revalorar el trabajo que realizan los paramédicos, dejar de pensar que su función es meramente un asunto de voluntariado, “se trata de una labor de alto riesgo, desafortunadamente la remuneración económica no es equitativa, aspiramos a una vida digna como cualquier trabajador”.
A pesar de las dificultades en el ámbito laboral, este 24 de junio hay muchas razones para festejar el Día del Socorrista, la principal, estamos vivos, ¡vamos a celebrar un año más a pesar de la pandemia¡, desafortunadamente muchos compañeros no lo lograron, lamenta la también licenciada en Pedagogía.
El 2020 fue un año devastador para el mundo entero, pero sobre todo los cuerpos de emergencia que sufrieron muchas bajas de personal por contagios de coronavirus, sin duda se trató del mayor reto profesional para los paramédicos en muchos años, enfrentarnos al sarscov2. La mayor preocupación era infectarnos y poner en riesgo a nuestra familia, así como no brindar una buena atención, no por falta de preparación sino por la insuficiencia de insumos, reitera.
Activa desde hace más de dos décadas en el servicio de atención prehospitalaria, Fabiola Posadas Rodríguez asegura que ser paramédico es una oportunidad de regresarle a la vida mucho de lo que le ha dado, de ayudar a las personas a cuidar su salud, en ocasiones contribuyes a salvar una vida y eso no tiene precio, señala.
“Esto es una labor apasionante, pero hay que estar preparados para todo, eso únicamente se logra con capacitación y profesionalización permanente, aquí no hay lugar para errores, debes hacer lo que te toca, hacerlo bien, esa quizá es mi mayor satisfacción, subir a la ambulancia hacer bien mi trabajo, además de capacitar adecuadamente a nuevas generaciones de socorristas”.
Reconoce que el mayor reto al que se enfrenta al portar el uniforme de paramédico es vencer el miedo, pues en ocasiones la ha llegado a inmovilizar ante las escenas dantescas que ha observado infinidad de ocasiones, pero sabe que una buena capacitación es elemental para superar cualquier prueba, “sé que debo actuar con eficacia, dar lo mejor de mí, ya que la vida de las personas depende de mis conocimientos”.