Por: SERGIO MACEDO
A pesar de los peligros que implica desplazarse en bicicleta por las calles y avenidas del país, diariamente cientos de personas utilizan este medio de transporte para llegar a sus empleos o realizar sus actividades cotidianas, desafortunadamente no están exentos de sufrir un accidente, por lo que han desarrollado diversas estrategias para salvaguardar su integridad a la hora de pedalear.
Desde temprano en la zona industrial de la capital mexiquense, así como en las comunidades ubicadas al norte del municipio, se observa a decenas de trabajadores montados en sus bicicletas emprender el éxodo a diversas zonas del Valle de Toluca para estar puntuales en la fábrica, en la obra o en una cita muy importante.
Al igual que los trabajadores de la construcción o de la industria, Roberto Aguilar ha adoptado la bicicleta como medio de transporte, no solo para recorrer cortas distancias en la ciudad, sino incluso para visitar otros pueblos del Valle de Toluca como Huixquilucan, San Felipe del Progreso, Villa Victoria o Acambay. Su objetivo es recorrer cada uno de los 125 municipios del territorio estatal, partiendo desde su hogar ubicado en la capital mexiquense.
Desde hace cuatro décadas, Roberto viaja en promedio 20 kilómetros diarios, aunque en un solo día ha acumulado hasta 110, ya que su traslado al trabajo, a las compras de la despensa, pago de servicios, actividades recreativas o de ocio las hace a bordo de su inseparable amiga de dos ruedas, ¡imagínate cuando olvido las llaves o el teléfono en casa, tengo que pedalear lo más rápido posible para no llegar tarde!
A pesar de ser propietario de un automóvil, Roberto prefiere transportarse en bicicleta, pues asegura que es más rápido, económico, pero sobre todo divertido, además no tiene que preocuparse por pagar estacionamientos o quedar atrapado en medio de un embotellamiento. Reconoce que el uso cotidiano de este vehículo de propulsión humana es peligroso, pues los conductores del servicio público, de carga y otros automovilistas no respetan a los ciclistas, quienes tienen que “torear” infinidad de riesgos para llegar sanos y salvos a su destino.
Lo han atropellado dos veces, pero a pesar de esas vicisitudes asegura que nunca dejará de pedalear, “solo hay que ser más precavido, estar alerta, utilizar los cinco sentidos mientras se pedalea, eso sí, indispensable usar casco, guantes y ropa de colores llamativos”.
Derivado de estos sucesos y para evitar accidentes Roberto recomienda que en la medida de lo posible nunca se ruede solo, no circular por calles y avenidas con alto flujo vehicular o en horas pico, es mejor hacerlo por caminos alternos, si es necesario bajar de la bicicleta para caminar en cruces peligrosos, “aprendes a leer la ciudad, a adelantarte a los movimientos de los carros, sabes cuáles son las intersecciones complicadas, las calles en mal estado, ciertamente las ciclo pistas son la mejor alternativa para la movilidad en bicicleta, sin embargo ante la falta de esta infraestructura, hay que promover la educación vial para sensibilizar a la ciudadanía; ciclistas, peatones, motociclistas todos deben convivir en la vía pública”.
A pesar de los peligros a los que se enfrenta todos los días, Roberto reitera que nada le impedirá seguir pedaleando, “esto no es una moda, la bicicleta es mi medio de transporte, es un estilo de vida, solo hay que hacerlo de manera responsable y con seguridad para evitar un accidente”.