viernes, noviembre 8, 2024
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A mi manerA

Por Julio A. AGUIRRE

* Obligación.
* ¿Unidad?, mis
polainas.
* Reviven a Josefina
V. Mota.

En vez de amar a las personas y usar las cosas, los insensibles y materialistas lo hacen al revés: aman a las cosas y usan a las personas.

No terminamos de aceptar las leyes electorales de nuestro país, como tampoco nos agradan los métodos de los partidos políticos para elegir a sus candidatos en tiempos de elección.

No somos los únicos y el reflejo se da en el cada día menos credibilidad en los institutos políticos.

Por eso parte de sociedad sufraga por los candidatos y no por partidos.

Por ello las llamadas candidaturas independientes llegaron para quedarse y desplazar a quienes siguen actuando como caciques, dueños de vidas, haciendas y del país entero. Nada y nadie se mueve si los jefes de jefes lo ordenan.

Cada proceso electoral los partidos reciben carretadas de billetes para emplearlos -sí cómo no- de la manera más pulcra y equitativa que merece tal acontecimiento.

Maldito dedo hoy disfrazado de «candidato de unidad». ¿Unidad?, mis polainas.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy está en un dilema. Todo militante tiene aspiraciones y derechos, pero no tienen la simpatía de dos o tres revolucionarios. Hay pago de favores, simpatías e intereses, muchos intereses.

No estamos descubriendo el hilo negro ni pretendemos inventar el agua tibia. Práctica mañosa que ha dejado escuela en el resto de los partidos.

Hoy la estructura tricolor maneja una serie de posibles candidatos. Son siete, ocho o más de donde saldrá el que decidan, insistimos, dos o tres cabezas, no más.

Aparecen unos y desaparecen otros en lo que catalogamos como una burla y confusión para su electorado.

Urge se regrese al pasado. Dejar libre a los interesados que realicen su precampaña y que el partido haga un proceso en el que la sociedad vote y el ganador sea, por ley, quién aparezca en la boleta.

Eso es justicia, eso es democracia. Lo demás es pantomima; por esta última práctica han llegado al poder personajes sin mayor mérito que caerle bien al «Jefe», y gobernará, por tanto, quién decidió desde fuera y no quién «ganó» en las urnas.

La sociedad vota por el candidato y no por el partido, dicen. Y cómo votan por un candidato que es manejado por el partido político, es pregunta.

Primero el dedo y ahora el candidato de unidad, a la postre lo mismo, están minando la auténtica y real democracia. ¡Con su pan se lo coman!

«REYNA» BAJO EL BRAZO

Lo que quiere el sabio lo busca en sí mismo. El vulgo lo busca en los demás.
Justamente en el Estado de México el partido en el poder maneja cantidad de nombres, cantidad que no se acerca a calidad. La mayoría con amplias posibilidades de ganar, no por excelentes personajes políticos sino por lo jodido que anda la caballada en las cuadras de enfrente. Sin embargo alguien sacó de la manga una «reina» que puede darle calambres a los tricolores: Josefina Vázquez Mota.

Ciertamente la panista trae colgada etiqueta de derrotada -por proceso electoral presidencial pasado-, sólo que no es lo mismo la presidencia y el abandono de su partido en la carrera presidencial que participar en el proceso gubernamental en la entidad mexiquense, con apoyo y quizá en coalición.

Obligado, pues, el partido en el poder en calmar sus ansias, bajarle a sus intereses personales y jugársela con él o la candidata que el pueblo decida, so pena que el candidato (a) priísta, de dedo o de unidad, termine por ahogarlos.

Ávila Villegas, Montiel Rojas y Peña Nieto exigidos a pensar bien lo que hacen.

Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también amé, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
Correo electrónico:
aguirre@8columnas.com.mx

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