*Serán cómplices
*Grandes acciones en la entidad
*Mano firme no es mano dura, diputados.
Por Julio A. AGUIRRE
Cuando la culpa es de todos, la culpa no es de nadie. Concepción Arenal.
Siempre que se acerca un cambio de poderes, hablando de alcaldías en el Estado de México, surgen los mismos problemas y regresan las excusas acostumbradas.
Como ese momento está por darse repetiremos el conocido sentir.
Les corre prisa por sentarse en la silla del “poder” que la mayoría de alcaldes electos les importa poco que la entrega-recepción del ayuntamiento ofrezca cuentas claras. Queremos equivocarnos, por el bienestar de la sociedad mexiquense, cruzando los dedos para que dicha situación sea analizada y no reciban y firmen lo que les den, sin analizar lo que reciben.
Es irresponsabilidad del que se va compartida con el que llega. No tenemos dinero. Nos dejaron endeudados. Se llevaron hasta los clips, dirán.
Nada de cuentas claras y mucho de cuentas largas. Ciertamente esas viejas y dañinas prácticas no se dicen cuando el cambio de poderes se da entre la misma militancia. Nobleza obliga.
El primer año al frente de la alcaldía se pasa en quejas y promesas de dar a la sociedad lo necesario cuando lleguen los recursos. El segundo año apenas si cumplen con algo de lo prometido. El tercer año, llamado de “Hidalgo”, a llevarse lo que se pueda.
Y la deuda municipal crece, crece y crece; al fin el que el de atrás paga. No, el que llega no paga, extiende la mano y pide prestado.
El cuento de nunca acabar con los ediles, quienes en apariencia son claves en cualquier administración estatal y federal dada la cercanía con el pueblo.
Los 125 alcaldes están obligados a ser un apoyo para cualquier gobierno estatal.
Los 125 ediles son, al término de su administración, una pesada carga para el ejecutivo estatal, raspando al gobierno federal.
El hecho, visto y dicho A mi manerA, resulta grave, pero hay algo peor. La Cámara de Diputados se queda pasmada y antes de poner tabiques e implantar multas, y hasta retirarles la licencia en el servicio público; los inocentes legisladores son protectores y/o solapadores.
Tanto peca el que mata a la vaca (los que se van), como el que le agarra la pata (los que llegan), con mirones (diputados) que observando la tempestad no se hincan.
El éxito personal, moral y profesional no es llegar con las manos limpias a la silla principal del municipio. El verdadero logro es salir de él sin haberse manchado las manos.
“Apretarnos el cinturón”. “Hacer más con menos”. Dos de las frases más utilizadas tan pronto llegan al poder.
México como país nunca ha sido pobre. Dinero hay a manos llenas; que quienes lo administran no sepan hacerlo, es otro rollo.
Acto irresponsable pedirle al que apenas si tiene para tortillas con frijoles y sal, que se “apriete el cinturón”. No hay coherencia ni conciencia de quien durante campañas prometen cambiar todo de la noche a la mañana y luego que ganan simplemente no hay…no hay…no hay.
MANOS A LA OBRA
Cumplo con mi obligación, lo demás no me distrae. Marco Aurelio Antonio.
Mostramos nuestro júbilo por la terminación del proceso electoral del pasado 1 de julio, más allá de los resultados. Fue un tiempo muy valioso donde el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, tuvo que acatar de principio a fin las reglas.
Se acabó el proceso y empezó lo fuerte e interesante de la actual administración. Apenas el miércoles el ejecutivo estatal promulgó la Ley de Asociaciones Público Privadas del Estado de México y Municipios, mediante la cual se impulsará la infraestructura, se priorizará en los rubros de salud y educación; además en la construcción de autopistas y proyectos de conectividad; horas después Del Mazo Maza presentó (ayer) el Sistema Mexiquense de Innovación el cual, aseguró, tiene como objetivo incentivar el desarrollo tecnológico en el estado, además de orientar y aplicar recursos a proyectos innovadores que incrementen el crecimiento económico del Estado.
Dicho, en pocas palabras, las grandes obras llegan para el Estado de México. Palabras y compromisos que caen como fresca brizna en plena canícula.
Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también amé, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
Correo electrónico: aguirre@8columnas.com.mx