Por Julio Alejandro AGUIRRE PADILLA
*De mal en peor.
*Muerte y luto.
*Por algo le llaman “crimen organizado”.
Un hombre sin miedos es un hombre sin esperanzas.
Ni el pasado, ni el presente, y todo hace indicar tampoco el futuro traerá el milagro (Dios no es político) que contenga, la violencia en un país que cuando no nos llueve nos graniza.
El mes de junio se dieron 2 mil 543 homicidios dolosos. Es decir rebasó por mucho lo que se venía dando. Mala noticia.
Todavía no terminábamos de digerir dicha noticia cuando, ya metidos en el mes de julio, justo el primer día, muy tempranito se avisa de la aparición de cinco personas ejecutadas (dos de ellas mujeres) en el municipio de Nicolás Romero.
Mal inicio de semana, peor aun cuando en Atizapán de Zaragoza se encuentran tres cuerpos más producto de la misma violencia. Al total de ocho se sumaron 4 más para contabilizar 12 víctimas. Una docena de personas perdieron la vida en menos de 24 horas pone los pelos de punta a cualquiera.
El mismo lunes el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), dio a conocer que el Estado de México encabeza -de enero a mayo- la lista en asesinato de mujeres.
¿Así o más complicado el tema de inseguridad, de violencia y de muerte en todo el país?; aunque por razones obvias nos concretamos más en la entidad dónde vivimos viven nuestros hijos y nuestros nietos una pequeña parte de los más de 17 millones de seres humanos que hoy estamos…mañana no sabemos.
Dentro del drama que estamos viviendo en este país, que siempre está de luto, finalmente escuchamos a un Andrés Manuel López Obrador como ser humano reconociendo que en el tema inseguridad lamentablemente no se han cumplido las expectativas.
DA LO MISMO
Todos miden su éxito por el fracaso0 de los demás. Ivan lllich.
Como ser humano que camina calles, que recorre kilómetros en vehículo, o simplemente estando en casa, todos estamos en peligro constante. A lo dicho por Andrés Manuel López Obrador no exageramos si señalamos que no sólo no se ha contenido esta ola de violencia y que fue creciendo con Felipe Calderón Hinojosa como presidente.
Maldita herencia dejó en manos de Enrique Peña Nieto, perteneciente al Partido Revolucionario Institucional (PRI), con quién la delincuencia creció pese a sus promesas de que acabaría con el crimen organizado.
Es por ello que en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador en sólo seis meses como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, aquella ola hoy es tsunami que agarra parejo y aumenta el temor -pese a los esfuerzos de autoridades de los tres niveles. Municipal, Estatal y Federal-.
No hay industria más poderosa y más peligrosa que la que emana de la maldad. No por nada le llaman crimen organizado.
Ayer en nuestra nota principal se dio a conocer la adquisición de tres vehículos modificados y blindados con lo que enfrentarán al crimen organizado.
Pomposamente el fiscal General de Justicia, Alejandro Jaime Gómez Sánchez nos presumió que las unidades son denominadas como Centuriones (dos) y Alacrán (uno) que en su interior pueden trasladar entre cinco y nueve personas; cuentan con blindaje L50, escotillas de vigilancia de 360 grados y ganchos para transportar o rescate por helicóptero, entre otras “monadas”.
Tomemos la nota de manera positiva. El gobierno del Estado que encabeza Alfredo Del Mazo Maza se ha preocupado y ocupado por la seguridad de sus gobernados con acciones de alto nivel. Más y mejores policías, mejor equipamiento y prestaciones. Ciertamente no ha escatimado esfuerzo y gastos en ello.
Lo malo, sin embargo, radica en la cantidad que el bando de los rudos presenta y encara al grupo de los técnicos. Obviamente no hay comparación. En la industria del crimen cuando algún elemento de alta, mediana o baja peligrosidad es abatido o capturado, hay una cantidad impresionante atrás que buscan el “puesto de honor”.
¡Ah!, no olvidemos que estamos en una administración austera, exageradamente austera en todo y para todo que obviamente perjudica a los mexicanos en general.
Tres presidentes. Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y hasta hoy Andrés Manuel López Obrador. Tres Partidos, tres siglas diferentes, tres colores opuestos, tres administraciones que suman 12 años con seis meses, en que la batalla más grande e importante se ha perdido ¡y por goleada!
Por cierto ayer Andrés Manuel López Obrador rindió un “informe” a un año de haber arrasado en la elección; en pleno Zócalo de la ciudad de México el presidente habló, habló y habló. Entre otras cosas reiteró que su gobierno seguirá apostando por la austeridad y el combate a la corrupción.
Habló, claro, de la violencia en el país sin extenderse demasiado en el tema. Pero el discurso es harina de otro costal que en su momento se tocará.
Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también ame, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
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