sábado, abril 27, 2024
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Entre Comillas · Alberto Abrego

¿Y QUÉ ESPERABA EL PRI EN EL ESTADO DE MÉXICO?

 

“A todos los mexiquenses que me dieron su confianza, gracias. ¡lo logramos!”

Delfina Gómez, tras ganar las elecciones en el Estado de México

 

La Alianza “Va por México” acaba de demostrar que es incapaz de constituirse en una alternativa competitiva y ganadora.

Tras 94 años de dominio absoluto, se ha terminado la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional en el Estado de México, Morena lo acaba de echar, consiguiendo la entidad número 23 que tendrá bajo su control, y trazando una ruta con menos obstáculos hacia el 2024.

La candidata morenista superó a la priísta por un margen de 8 puntos porcentuales, lo que garantiza un histórico cambio de timón en la entidad mexiquense, que por primera vez tendrá una mujer como gobernadora.

La derrota es un brutal golpe anímico, político y económico para el PRI, y casi marca el rumbo hacia un viaje sin retorno: el camino a la extinción. Del otrora partido hegemónico y poderoso, ya solo le quedan los estados de Durango y Coahuila.

Pero ¿qué esperaba el PRI en estas elecciones?, veamos algunos datos que son públicos:

Datos del Instituto Mexicano para la Competitividad A. C. (IMCO) señalan que el Estado de México posee los primeros lugares en niveles de inseguridad pública en temas como el robo y la extorsión. El año pasado tuvo la mayor tasa de incidencia delictiva por cada 100 mil habitantes en robos con violencia y robo a transeúntes, y el segundo lugar nacional en robos en transporte público; y la tendencia no ha cambiado en este 2023.

Las estadísticas señalan que la extorsión incrementa el desempleo, reduce la confianza en las autoridades y desincentiva la inversión. La inseguridad rampante tiene que ver con la impunidad, y en el país, el Estado de México tiene la peor calificación al respecto.

Por otro lado, la violencia feminicida aumenta en la entidad, pues hoy en día, por cada 100 asesinatos de mujeres, 72 se cometen en las calles o en algún lugar público. Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dan cuenta de que el Edomex se ubica en cuarto lugar respecto a violencia contra las mujeres.

Por otro lado, el Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta un promedio anual aproximado de 2 300 homicidios dolosos, que constituyen una de las cifras más altas de México. Mientras que Naucalpan, Ecatepec, Toluca y Cuautitlán Izcalli se encuentran en la lista de las 10 ciudades más inseguras del país, y son precisamente del Estado de México.

De hecho, en el territorio mexiquense, 64% de la población desconfía del gobierno estatal, 71% desconfía de los ministerios públicos y 76% desconfía de los policías. La falta de confianza, a su vez, dificulta la gobernabilidad en la entidad

No es el actual gobernador el culpable de la derrota, los son toda clase de tropelías, abusos de poder, impunidades, saqueos y agravios del partido que lleva en el poder 94 años al frente del Palacio de Gobierno Mexiquense, en el que solamente un linaje familiar dominó la escena política por décadas.

Se pueden presumir algunas cosas, pero la historia del Estado de México es de constantes agravios injustificables de muchas autoridades con conductas aberrantes y corrupción, que derivaron en el desprecio a los derechos humanos y civiles, en una juventud con un futuro comprometido por la constante exposición a las drogas y a la inseguridad, en un lugar donde las mujeres no pueden caminar por las calles con la tranquilidad de que no serán vejadas o secuestradas, en un transporte deficiente y peligroso, en autoridades que se preocupan más por no quedarse “fuera del proyecto” que en cumplir con su obligación, en una sociedad harta e impotente, que ya no confía y que ya no otorga justificación alguna a sus autoridades porque permitieron que su territorio se convirtiera en campo de batalla en el que el más poderoso impone sus propias reglas, apropiándose de conciencias y vidas.

¿Qué otro resultado se podía esperar el 4 de junio?

El Grupo Texcoco suplirá al de Atlacomulco. Delfina Gómez y compañía deberán enfrentar un altísimo reto en los rubros de inseguridad pública, pobreza y corrupción. Todos esperamos y deseamos que los hechos superen a la retórica.

El futuro que enfrenta el PRI es turbulento y belicoso a su interior, y en el mejor de los casos, incierto.

Así las cosas.

 

RÁPIDAS MEXIQUENSES. En el Cuerpo de Bomberos de Huixquilucan se han suscitado diversas inconformidades por parte de algunos elementos de la corporación, pues es bien sabido que para escalar posiciones u ocupar espacios y cargos de mayor responsabilidad, no existe el servicio profesional de carrera, lo cual no ayuda a aumentar la eficiencia y eficacia de los servicios.

 

Los bomberos que tienen más de 20 años de servicio no tienen ninguna oportunidad de ascender, en tanto que algunos que ostentan grados de teniente, o capitán han tenido el enorme mérito y la fortuna de ser cercanos a quienes toman las decisiones.

 

Algo tendrá que hacer la Alcaldesa Romina Contreras Velasco, que en su Bando Municipal expedido en este año, en el artículo 148, versa que: “ARTÍCULO 148.- La Presidenta (e) Municipal será quien ejerza el mando y operación directa de los integrantes de la institución policial y Bomberos, a través de la Dirección General de Seguridad Pública y Vialidad”, y con el que no están muy contentos los elementos del H. Cuerpo de Bomberos de su demarcación, que arriesgan su seguridad e integridad física sin ninguna posibilidad de aspirar a un mejor cargo.

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