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Entre Comillas · Alberto Abrego

EL SEPULTURERO DEL PRI

“Será una mujer, sin lugar a dudas, la que sea presidenta de México y va a ser del Frente Amplio por México, y va a ser Xóchitl Gálvez y la vamos a apoyar con todo”,

Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, líder nacional del PRI  30/08/2023

 

Nunca, en 94 años de existencia del Partido Revolucionario Institucional se había visto tanta urgencia por declinar en favor de un partido que históricamente ha sido su rival acérrimo, traicionando a su propia aspirante, a sus grupos políticos, a sus bases y a su historia.

Por primera vez, desde su fundación en marzo de 1929 (con otras siglas), el PRI no tendrá candidato presidencial. Ante la remota posibilidad de que su aspirante Beatriz Paredes obtuviera el triunfo en la encuesta para asumir la candidatura por la coalición “Frente Amplio por México”, Alejandro Moreno Cárdenas, su líder nacional prácticamente la obligó a declinar a favor de Xóchitl Gálvez.

La historia es por demás conocida, la del PRI, la de la simulación y ahora la de “Alito”. Se sabe que los priístas son buenos en acuerdos tenebrosos, negocios truculentos y prácticas detestables, como la operación tamal, el relleno de urnas, los muertos votantes, el carrusel, el ratón loco, la caída del sistema y una gran variedad de trucos y trampas electorales que inventaron y que por décadas practicaron al amparo de una impunidad institucionalizada.

Se percibe en el aire el tufo de la traición, ese que siempre ha acompañado al partido tricolor desde su fundación. Para nadie es un secreto que “Alito” se siente dueño del PRI, o de lo que queda de él, y ante la necedad y la necesidad de tener fuero durante los próximos años, se sintió con el derecho y la libertad de traicionar a sus compañeros, a su candidata, a sus estatutos y a sus militantes.

Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, ex gobernador de Campeche y líder nacional del PRI pasará a la historia como el enterrador del partido más longevo y durante muchos años el más poderoso de México. Con su nociva y dictatorial gestión solo ha logrado acelerar lo que desde hace años lucía inevitable, la extinción.

 El desprestigiado partido tricolor no tendrá candidato para las elecciones de 2024, porque tienen como líder a un sujeto cuya lealtad es solo con el dinero, con las posiciones y con las prebendas políticas; conservan a un dirigente que se ha convertido en un lastre para sus compañeros, sus militantes y en general para una institución política en total decadencia; a un tipo que ha combinado su urgencia del fuero constitucional para librar la cárcel con sus cuestionables principios de moralidad y honestidad.

En los últimos años, y bajo la administración de “Alito”, el PRI ha sido un caudal de fracasos y traiciones. Elecciones y gubernaturas perdidas, militantes históricos que se van, gobernadores que entregan la plaza y como premio aspiran a una embajada, simulaciones, un dirigente dictador y una interminable lista de escándalos de corrupción han derivado en un humillante y vergonzoso final para un partido que fue el motor social, económico, político y cultural en el México del Siglo XX.

Porque corromper y traicionar han sido sus prácticas comunes.

Y Beatriz Paredes, víctima voluntaria de una traición aceptada, y hasta esperada, no quiso poner un colofón digno a una carrera política decorosa. Fue arrastrada por la ignominia y permitió que la visión mercantilista de Moreno Cárdenas colocara el último clavo en el ataúd que han fabricado para su partido.

En medio de todo esto, el otrora majestuoso e imponente Partido Revolucionario Institucional desaparecerá pronto. Ojalá así sea.

Y se lo deberán a Alejandro “Alito” Moreno, que curiosamente lo mejor que ha hecho durante su gestión, es la de ser el sepulturero del PRI.

RÁPIDAS MEXIQUENSES. Nos comentan que los automovilistas que osan circular por la demarcación de Tlalnepantla de Baz, viven un verdadero calvario cuando de manera aleatoria y sin motivo alguno son detenidos por elementos de la policía, que hacen honor al famoso “año de Hidalgo”.

Bajo la amenaza de llevarlos al corralón por motivos a veces hasta inventados, los automovilistas tienen que sufrir extorsiones que van desde dos mil hasta los 10 mil pesos; todo ello ante la complacencia e indiferencia de las autoridades que, según se comenta, cobran cada patrulla, motopatrulla o crucero que utilizan los uniformados.

Por lo pronto, las denuncias en redes sociales ahí están… Y es que cuando el río suena…

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