viernes, mayo 24, 2024
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El Guardián Del Valle · Ariel Perez

Estimado lector este lunes 4 de septiembre pudimos tener ante nuestros ojos
el fenómeno del halo solar, antelia o aro iris, que constituye, junto con las auroras
boreales y las descargas eléctricas, una de las manifestaciones más bellas y
soberbias que nos brinda el cielo.
La aparición de este «ornamento celeste» se puede observar con relativa
frecuencia en nuestras latitudes a lo largo de cualquier estación del año, aunque
es más común observarlo en latitudes más altas. Puede que verlo nos resulte
sorprendente e inexplicable, por ello, en 8 columnas queremos darte a
conocer qué es un halo solar y por qué se produce.
Por cierto, espero que hayan tenido mucho cuidado al observarlo o para tomarle
foto para las redes sociales hay que recordar siempre que al mirar al sol
directamente puede ocasionar daños severos en los ojos, busquemos algún filtro o
algún elemento que tape parcialmente la óptica directa.

Después de realizar los posts en redes del Halo Solar mucha gente se quedó con
la duda de sobre que es, pues empecemos diciendo que es un fenómeno óptico
atmosférico (o fotometeoro) que aparece en el cielo en forma de aro, círculo o
anillo coloreado y luminoso con el Sol situado en el centro del mismo.
El Halo Solar es producto de la interacción de partículas de agua congelada en la
atmósfera, CREADOS POR CRISTALES DE HIELO ORIENTADOS AL AZAR EN
CIRROS ALTOS Y DELGADOS, LOS HALOS CIRCULARES DE 22 GRADOS
SON VISIBLES CON MUCHA MÁS FRECUENCIA QUE LOS ARCOÍRIS
No todos los halos solares se ven con la misma claridad. De hecho, en algunas
ocasiones, según la posición del Sol y las condiciones atmosféricas, apenas y se
percibe desde la superficie terrestre. En otras, sin embargo, se puede apreciar una
especie de arcoíris que rodea perfectamente al astro.

Generalmente, además, depende de la concentración de nubes cirrostratus
nebulosus. Según la Organización Meteorológica Mundial, éstas son las
principales responsables de la aparición de halos solares en las alturas. Visto de
otra manera, las partículas de hielo en la atmósfera sirven como millones prismas
minúsculos que, en conjunto, refractan la luz y generan colores en el cielo.

Aunque hay personas que aseguran en redes sociales que este tipo de fenómenos
auguran temblores o catástrofes naturales, no hay evidencia que correlacione
estos eventos. Por el contrario, es un cruce incidental entre la luz solar y la
atmósfera terrestre. Lo demás, cae en el terreno de la superstición solamente.

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