martes, noviembre 5, 2024
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ENTRE COMILLAS- ALBERTO ABREGO

ENTRE COMILLAS
LA MARCHA (FÚNEBRE) DE ZACATECAS
“Degradar y llevar a estas condiciones a nuestro país les llevó casi 40 años, treinta y tantos. Ahora volver a recuperar nuestra tranquilidad, nuestra paz, nuestra justicia nos va a llevar también. Yo he dicho y sostengo: confío en la bendición de Dios…” David Monreal, Gobernador del Estado de Zacatecas
En los últimos meses Zacatecas se ha convertido en una de las entidades más violentas de México, debido principalmente a las pugnas entre los grupos delincuenciales que pelean las rutas del tráfico de drogas y otros ilícitos.
En el colmo del descaro, durante la madrugada del pasado jueves, una camioneta con diez cuerpos en el interior fue abandonada justamente frente al Palacio de Gobierno. Mientras tanto, el gobernador David Monreal justificó que la ola de violencia en Zacatecas tiene antigüedad de 40 años, lo que consideró una “herencia maldita” que recibió su gobierno, por lo que tuvo a bien encomendarse a Dios para solucionar la ola delictiva.
Definitivamente, al igual que en muchos estados ya, y desde hace décadas el crimen se ha instalado en Zacatecas y se siente impune. Este acto es un desafío, una burla a la autoridad, que se ha debilitado por su incapacidad de hacerles frente. Los grupos delictivos han exhibido su poder a lo largo y ancho del país sin que las autoridades puedan (o traten) de hacer algo para evitarlo.
En voz del Secretario de la Defensa Nacional, se hicieron públicos los siguientes datos: Zacatecas ocupa el primer lugar en extorsión; el tercer lugar en incidencia del delito de secuestro, con una tasa de 6.04 por cada 100 mil habitantes; además se posiciona en el quinto lugar en homicidios dolosos y en el sexto lugar nacional en el delito de trata de personas. La crisis de asesinatos en esta entidad registró un aumento del 57 por ciento respecto a los datos (hasta octubre) del año pasado.
Con estas cifras, espeluznantes y terroríficas, hace bien el mandatario zacatecano en encomendarse al creador, pero sería mejor si acompañara este acto de devoción con estrategias efectivas encaminadas a dar más seguridad a sus gobernados. Porque imponer la ley no es una opción para quien gobierna, sino una obligación y un compromiso; y a pocos días de su gobierno debería ya asumir su responsabilidad, sin olvidar que es una exigencia diaria de los electores que lo contrataron precisamente para solucionar los problemas de inseguridad, desempleo y pobreza.
El soporte de cualquier estado es la confianza en sus instituciones y la autoridad moral que ostente, y ésta se ha erosionado en México, lo que llevó al total irrespeto hacia las instituciones. Por lo pronto, queda constancia de que tanto las administraciones anteriores como la actual, no han asumido un compromiso real en el combate a la violencia. Los grupos armados desafían directamente la autoridad del Estado, que demuestra cada vez más un vacío de poder y se acerca a un estado fallido, con instituciones frágiles y carentes de recursos para hacer frente al crimen organizado, que les ha arrebatado el monopolio del uso legítimo de la fuerza. El panorama es lastimoso y desesperante. Lamentable tener que reconocer que la historia reciente de México está saturada de violencia e impunidad. En nada ayuda
Alberto Abrego

culpar a las “herencias malditas” ante los momentos más violentos de nuestra historia moderna. No asumir la responsabilidad gubernamental es hacer más siniestro este infierno de ejecuciones permanentes.
No se ven soluciones a corto o mediano plazo. Nos queda muy claro el fracaso de todas las autoridades de todos los niveles. Nadie ha podido frenar la violencia irracional que nos exaspera y hace perder la esperanza a las familias, víctimas de la orfandad social y política; testigos impotentes de una impunidad interminable.
En Zacatecas, hoy por hoy, la marcha es funesta, en camino irremediable hacia una anarquía que desalienta, que desmoraliza y que deprime.

RÁPIDAS MEXIQUENSES. Esta columna se une a la pena por la irreparable pérdida de quien fue extraordinaria maestra y mucho mejor persona. La profesora Florencia Belén Vázquez Tejeda se nos ha adelantado en el camino dejando un vacío imposible de cubrir. Su bondad, sencillez, honestidad y amor por lo que hacía son ejemplo de vida y huella imborrable para sus alumnos, para su escuela, el Centro Educativo Ecológico Mexicano y para quienes tuvimos el privilegio de conocerla. Nuestras condolencias sinceras a su familia en estos momentos tan difíciles.

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