FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO: ESPACIO DEMOCRÁTICO
Por: Isidro O`Shea
@isidroshea
Ha empezado la 35 edición de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, mejor conocida por algunos como simplemente la FIL; en esta ocasión a diferencia del año pasado ya nos pudimos reencontrar físicamente, y quienes quisimos hasta nos abrazamos sin que ello signifique falta de medidas de precaución, sin embargo aquí es pertinente decir que hoy día la precaución y las medidas de prevención deben empezar a ser una cuestión más de responsabilidad individual que colectiva, siempre, eso sí, anteponiendo el respeto al prójimo.
Dicho lo anterior, regreso al tema principal la FIL y su naturaleza democrática, pero sobre todo plural; y es que este evento que se celebra año con año y que es el más grande en su rubro dentro de las lenguas hispanas nos recibe a todas y a todos, con nuestras millones o billones formas de pensar; pues lo importante no es o no debe ser que pensemos diferente sino que estrechemos esos lazos en forma de diálogo y debate, sin ver a la discusión como un tema de suma cero donde se gana o se pierde, sino más bien como una constante reconfiguración de nuestras personas y nuestro intelecto.
Aquí en la Feria Internacional del Libro, donde me encuentro al momento de escribir estas pocas líneas, caben todos en lo general: niños, niñas, jóvenes estudiantes, grandes escritores, periodistas, amas de casa, padres de familia, empresarios, heterosexuales, homosexuales, cristianos y protestantes… todos absolutamente.
Y en lo específico también caben o cabemos todos. Caminan los mismos pasillos y utilizan los mismos micrófonos tanto John Ackerman como Lorenzo Córdova; así como Paco Ignacio Taibo y Enrique Krauze; Hernán Gómez y Héctor Aguilar Camín; María Amparo Casar y Blanca Heredia; Carmen Aristegui y Jorge Ramos; Salomón Chertorivski y Gerardo Esquivel. Aquí sí, todos caben.
Y es que es eso la democracia; es eso la pluralidad; la heterogeneidad de formas de pensar e incluso de vivir; nadie ni nada puede o debería de estar por encima de este principio básico.
Aquí se debate, se cuestiona, se argumenta… aquí no se deja el micrófono para uno solo; aquí incluso solitos se orillan y se marginan los intolerantes; los irrespetuosos; aquellos en los que su mente no hay cabida para la idea de que algunos otros por mil razones pueden pensar muy distinto.
Aquí cabe una pequeña experiencia que viví el domingo pasado: mientras visitaba el stand del Instituto Nacional Electoral (INE) para tomar ciertos ejemplares de sus cuadernillos de temas sobre la democracia, llegó el consejero presidente Lorenzo Córdova a promocionar un pequeño video en el que intentaba invitar a que visitaran dicho espacio; sin embargo, a unos 20 pasos, unos intolerantes, fanáticos, blancos propios del populismo le empezaron a gritar insignias poco respetuosas al punto de que el presidente no logró terminar su video. Lorenzo, en lugar de continuar como si nada pasara fue hacia ellos a 1. Saludar 2. Pedirles respeto y 3. A intentar entablar una conversación donde pudieran las dos partes manifestar argumentos. A ninguna de las anteriores cedieron los grises personajes, quienes se negaron a las tres cosas, bajo el simple y superficial argumento de que Córdova es un corrupto, pero jamás pudieron enunciar una razón de lo anterior en forma de argumento.
De lo anterior, rescatar lo mejor: más de una docena de personas rodearon a Córdova para mostrarle apoyo y respaldo ante dicha barbarie, y con gritos de apoyo a la democracia, al INE e incluso al consejero presidente, Córdova regaló algunas fotos y ya su clásico saludo de puño a quien se acercaba a alentarlo; mientras los intolerantes ahí solos se quedaron, callados, con la cola entre las patas, porque en espacios como este no hay ni debe haber cabida para la intolerancia.
Necesitamos más ferias del libro, y con ello me refiero a espacios de respeto y pluralidad, no a grandes eventos que sean la excepción en un país donde nos estamos acostumbrando a ver como enemigos a aquellos que piensan distinto.
Felicitaciones: En la FIL ya es tradición espacio para mexiquenses, y esta vez no es la excepción, editoriales y autores de nuestra entidad aquí están haciendo un gran papel: desde Lorena Rodríguez y Sacuchán con el libro “Mi gato nunca fue como los demás gatos” hasta el Dr. César Camacho Quiroz, dueño siempre de la palabra adecuada, con la presentación de su libro “Constitucionalismo mexicano en las entidades federativas” Enhorabuena a todas y a todos, y en especial a las instituciones universitarias públicas de nuestra entidad, tanto la UAEM como el Colegio Mexiquense, las cuales con sus actuales administraciones prometen mucho más.