Los bribones de la oposición
POR Juan Gabriel González Cruz
¿Recompensa por la fallida alianza PAN-PRD en el Estado de México o pago por adelantado de lo que será el fingido Frente Amplio Democrático para el 2018?
Ni mucho que preguntarse, ni nada extraño que responder en torno a los recientes nombramientos como notarios públicos en el Estado de México, donde destacan más los arrimados de la oposición que los obligados del sistema. Los nuevos fedatarios mexiquenses han dado de qué hablar, no porque los haya entregado el gobernador Eruviel Ávila al final de su sexenio, así suele ocurrir en el ocaso de los mandatos estatales; tampoco por la aparición de allegados o personajes políticos vinculados al sistema, eso más que natural, es obligado. Nombres como Erasto Martínez, el personaje más cercano al gobernador o Alejandro Agundis, jefe del Partido Verde en el estado, son incrustaciones notariales entendibles y esperadas.
¿Pero qué decir de los siguientes nombres?
Omar Martínez Vargas, asignado a la Notaría 58, en Tultitlán y hermano de Octavio Martínez Vargas, secretario Electoral del Comité Ejecutivo Nacional del PRD Nacional.
Lorena Gárate Mejía, asignada a la Notaría 189, en Tlalnepantla, Hija de Francisco Gárate Chapa, representante del PAN ante el Instituto Nacional Electoral (INE).
Luz María Angélica Alatorre Carbajal, a la Notaría 186 en Atizapán de Zaragoza, esposa del diputado federal del PAN, Ulises Ramírez Núñez.
No estamos hablando de personajes cualquiera de la oposición que han logrado negociar y colocar a sus familiares de primer grado en las notarías. Octavio Martínez, Francisco Gárate y Ulises Ramírez son piezas claves en la operación político electoral de sus respectivos partidos. Conocen las fortalezas y debilidades del PRD y PAN, y por supuesto, jugaron un papel importante en la pasada elección de gobernador del Estado de México. Martínez, Gárate y Ramírez continuarán en posiciones de relevancia en torno a las definiciones de alianzas y selección de candidatos a la presidencia, a las senadurías, a las diputaciones locales y federales, así como a las alcaldías en el 2018.
Las notarías para su estirpe son apenas una ventilada exhibición de sus complicidades y componendas. Octavio, Francisco y Ulises son tan bribones que aparecerán, ellos o los de su casta, en las próximas boletas de las elecciones locales y federales del 2018. Con o sin alianza, de mayoría o plurinominales. Así de cínicos.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
El diablo está en los detalles…
No es por ciscarle el negocio a Octavio Martínez, Francisco Gárate y Ulises Ramírez pero, ¿ya se dieron cuenta que el decreto de las 12 nuevas notarías dice que su asignación es «provisional»?
Digo, quizá se dejaron apantallar con la frase que se utiliza en el argot de los fedatarios: «No hay notario pobre». O tal vez sus parientes ya están emocionados con la plaza vitalicia y heredable. Saben que pueden cobrar lo que quieran de acuerdo al tabulador notarial del Estado de México y que al mismo tiempo pueden litigar o tener los trabajos que deseen.
No vaya a ser que la permanencia del hermano, la hija y la esposa esté condicionada a los resultados electorales del 2018. Si es así, aparte de burdos, tontos.