POR Norberto HERNÁNDEZ
La oposición está más unida y desorientada que nunca. Su actuar es estridente, ruidoso, pero ganan poco terreno a la presencia y popularidad del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Todos los días aprovechan los espacios de los medios de comunicación para fijar sus críticas a las declaraciones y resultados de gobierno de AMLO; sobre todo, cuando los indicadores de bajo o nulo crecimiento económico son publicados o dichos desde el extranjero.
Al inicio de la administración federal, la constante opositora fue usar la caída del Producto Interno Bruto (PIB) para sostener que el país iba en franca ruta a una crisis económica por la necedad presidencial, en particular, por la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). Luego, las baterías se enfocaron a demeritar los proyectos magnos puestos en marcha, como la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco y la construcción del Tren Maya en el sureste del país. Del mismo modo, fue tema del debate opositor las medidas tomadas en Petróleos Mexicanos (PEMEX) y en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Por si fuera poco, todavía están en el ambiente del debate nacional las largas discusiones para demeritar la visita de AMLO a los Estados Unidos (EU). Las expresiones fueron intensas por parte de sus opositores que lo señalaron de todo. Contrario a lo esperado, la primera visita internacional del presidente fue bien recibida y con notable éxito. Nunca un presidente mexicano había motivado tantas expresiones de gusto en los paisanos que, legal o ilegalmente, viven, trabajan o estudian en el vecino del norte.
Ante el éxito de AMLO surgió la contraparte. Los comentarios negativos pasaron al escenario de la detención de César Duarte Jáquez, ex gobernador de Chihuahua, prófugo de la justicia mexicana por el desvío millonario de dinero del erario público durante su gestión 2010-2016. En repetidas ocasiones se dijo que era un “regalito”, una cortesía del presidente Donald Trump, por la visita de AMLO en pleno proceso electoral en los EU.
A falta de acción de AMLO, el pan de cada día en contra del Gobierno Federal es el manejo de la pandemia del COVID-19. Para ellos, lo actuado ha sido un fracaso, un error descomunal atribuible al presidente y a su equipo. Hay gobernadores y legisladores que han pedido la renuncia de quien está al frente del grupo médico de atención a este virus que ocasiona estragos en el mundo. Los gobernadores del Partido Acción Nacional (PAN) son los más insistentes en señalar los errores presidenciales en sus políticas de gobierno.
Cuando parecía que tenían libre la tribuna de comunicación pública y había una mayor sensibilidad de la población a escuchar sus puntos de vista, el medio periodístico se ocupa, en su totalidad, de la extradición de Emilio Ricardo Lozoya Austin (ERLA). La nota la vuelve a ganar el presidente y su equipo de comunicación. Las entrevistas “mañaneras” de AMLO se vuelcan a preguntar sobre ERLA, sus declaraciones, sus cómplices; en si va a vincular a proceso al ex secretario de Hacienda, si va a meter a la cárcel al ex presidente, qué va a pasar con la madre, esposa y hermana de ERLA, etc., etc., etc.
Luego resurgen las voces que señalan que el proceso judicial es pura farsa, puro rollo, “mucho ruido y pocas nueces”. Aunque lo cierto es que ERLA está detenido y hablando. Esa es la preocupación de muchos, de figuras de primer nivel de la política nacional y de empresarios. Nada más con la lista de los legisladores que, al parecer, recibieron “moche” por su voto en favor de la reforma energética ya es demasiado morbo en la opinión pública por saber quiénes fueron los llamados traidores a la Patria.
La oposición se defiende y denuncia que no hay claridad ni transparencia en el juicio a ERLA. Según esto, el gobierno va a terminar pidiendo una disculpa al señor ERLA por las molestias causadas. En eso están cuando desde los EU se da a conocer la vinculación de funcionarios cercanos al proceso que se sigue a Genaro García Luna en EU por crimen organizado. Nuevamente, el escenario mediático lo gana el presidente y los destroza en las “mañaneras” con frases hechas para que la mayoría de la población se entere. AMLO ríe, mientras Calderón vocifera y sufre.
La falta de inteligencia y estrategia por parte del conjunto de la oposición es evidente y lamentable. Pierden el debate de coyuntura y no saben cómo abordar el de largo plazo. Cercanas las elecciones, AMLO se fortalece con sus electores, va por ellos para ganar la mayoría en la Cámara de Diputados federales.