Eduardo H’LIMÓN CERVANTES.
* Incertidumbre electoral
El pasado domingo iniciaron las campañas electorales en todo el país. Hoy los candidatos y los dirigentes políticos tienen incentivos muy diferentes a los que se tenían antes. Por primera ocasión los que resulten electos tendrán la oportunidad de la reelección directa, es decir, que los diputados electos podrán trascender al sexenio y los partidos políticos ya no tendrán el control absoluto sobre las candidaturas que se disputarán en el 2018.
Ante esta perspectiva, personajes y gentuza se sienten muy incómodos con los cambios y el avance de la democracia. Pareciera que están fraguando acciones para impedir un proceso electoral democráticamente válido. Incitan a movilizaciones, generan corrientes de opinión para promover incertidumbre teniendo como base el rumor o que las cosas en el país están mal.
Un ejemplo es el show mediático que se generó entre Carmen Aristegui y MVS. Nuevamente los dueños de este importante medio de comunicación repiten el numerito de 2011, cuando aprovechan a su conductora estrella para presionar al gobierno. Al parecer al medio no le importa si es PRI o PAN o quien sea el que gobierne, pero el que se meta con sus intereses y los grupos políticos a los que representan, pareciera que se deberán atener a las consecuencias.
Otro «big brother» en el que caen los ciudadanos borregos, es la demanda de cancelación de las elecciones en Oaxaca y Guerrero. Vimos cómo los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa con el apoyo de la CETEG acudieron al Senado de la República para exigir a los senadores iniciar el proceso de desaparición de poderes y la cancelación de elecciones en el estado de Guerrero. De igual manera la sección 22 de la CNTE acordó realizar un boicot a los comicios de junio en Oaxaca, para lo que anunció el traslado de su plantón a las sedes del consejo local del INE y de las 11 juntas distritales.
También está «Tata Cárdenas», quien una vez más anunció que conformará una nueva organización política sin fines electorales llamada Fuerza Política Progresista, que su único fin ha sido generar la incertidumbre y colocarlo en el escenario político. Solo estos ejemplos muestran una clara intención de minar la confianza en las instituciones públicas y privadas y que las voces más estridentes busquen el fracaso de las campañas y del proceso electoral en su conjunto para que las cosas no cambien, Porque a estos personajes no les conviene que la ciudadanía vea un país democrático y lleno de legalidad. En fin, que Dios nos agarre confesados.
Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que la televisión añadió caos visual y confusión electoral».
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