Eduardo H. Limón Cervantes
* Maestros ya tienen un mártir
Ayer me lo mencionaba nuestro director general, Don Julio Aguirre, «Consiguieron lo que tanto deseaban, un mártir». Con el féretro del docente David Gemayel Ruiz Estudillo, marcharon los revoltosos de la de la sección 7 del SNTE y la CNTE en las calles de Tuxtla Gutiérrez.
Ya me imagino como rasgan sus vestiduras y gritan ¡Asesinaron a un mentor, a un luchador, a un padre de familia! ¡Pamplinas…! ¡Se murió por revoltoso! Un revoltoso menos que daña la educación del país.
Pero lo que es claro es que estos hechos revelan el abismo de odio al que puede llegar una sociedad enferma. Queda el hecho bruto de la violencia agravada por el resentimiento, la venganza, las vejaciones y la sed de poder, porque lo pierden para heredar y vender las plazas magisteriales. Nada puede ni justificarlo.
De no ser por lo lastimoso que resulta comprobar que aún hay gente que se presta a esta clase de manipulaciones, los maestros revoltosos que no están en las aulas merecen el olvido compasivo. La pregunta es: ¿Serán las pistolas con las que los maestros van a tener que acudir a la escuela para defenderse de los padres y los alumnos hartos de sus manipulaciones y marchas? Porque los padres de familia en Chiapas ya piensan en presentar amparos que obliguen a los maestros a dar clases.
Los padres de familia y la sociedad en general (bueno la pensante) estamos hartos que los maestros tomen de rehén la educación, violentan el derecho al aprendizaje, por lo que se deben levantar actas de abandono de trabajo a maestros que anden en estúpidos actos en contra de la Reforma Educativa, porque no quieren ser evaluados ¿miedo… a que nos enteramos que están más burros que una piedra?
El gobierno federal debe tomar medidas para sustituirlos cuando se resistan a regresar a clases. Y que quede claro, ya no les faltan 43, ahora son 44 revoltosos menos…
Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que el mártir muere y su reino comienza».
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