Por: Yuritzi Becerril
Recientemente visité la exposición de la artista visual y profesora de arte de la Facultad de Artes Yessica Díaz que se expone actualmente en la galería de Espacio Doble A. Las exposiciones que he visitado de la artista están relacionadas con la comida, los banquetes, el hambre y en general el uso cultural en torno a los alimentos o a la mesa. Un poco influenciada por las exposiciones previas pensé que me iba a encontrar con un banquete, algo así como la mesa del sombrerero loco degustando el té con el conejo, el título de la muestra “Postergando el Fin” en estos tiempos de pandemia me llevaba a imaginar muchos escenarios.
Al entrar en la sala me encontré con una serie de coles gigantes de color violáceo característico del pigmaneto llamado antocianina. Coles moradas deshidratadas fusionadas con un tejido verde hecho a base de lana proveniente de la comunidad textilera mexiquense Gualupita. Un universo vegetal de coles gigantes en el que poco a poco me fui trasladando de mi rutina cotidiana hacia una atmósfera que me hacía pensar en anémonas gigantes moviéndose en un arrecife de coral. Y es que no es de extrañar que la flora y fauna submarina y la terrestre puedan tener similitudes lo mismo que las propiedades del suelo marino y el terrestre. Cabe decir, que la coloración de este pigmento violáceo depende en gran medida de la acidez del suelo, por lo cual el color de las hojas suele ser más intenso si han crecido en suelos ácidos mientras que en los alcalinos son más azules.
Trabajar con las coles deshidratadas permitió a Yessica entrar en contacto con el proceso de transformación de la materia en el que intervino la materia biológica con tejido. La artista mexiquense cuenta que tardó alrededor de 6 meses dando forma a estas coles gigantes tejidas a mano con estambre de lana. Cabe decir que el resultado fue algo que se encuentra en un territorio nuevo en el que la materia orgánica no entra en estado de descomposición y antes de que muera se convierte en otra cosa, transmuta; como una oruga que al morir se convierte en mariposa. Y claro, esas coles gigantes de Yessica Díaz vuelan, están suspendidas en el aire de tal modo que uno como expectador entra en contacto con una atmósfera. Al respecto la artista comenta “mis procesos son largos y nunca hago piezas que duren menos de un año, no me permito menos ya que no me gusta crear cosas express”.
La curaduría y museografía es de Trini Monroy, profesora de museografía de la UAEMEX y en el montaje participaron los artistas Gerardo Betancourt, David López y Josué Ramírez.
La exposición se puede visitar previa cita en la galería del Espacio Doble A de lunes a viernes de 11 a 6 pm.