Por: Leo ESPINOZA
El género en nuestra historia siempre ha sido un constructo social, es decir fue formado por hombres y mujeres que en cierto tiempo y espacio y de acuerdo a las creencias y valores le dieron etiquetas a las cosas y labores para nombrarlas y ver que le tocaba a las femeninas y a los masculinos.
Hay quienes apuntan que desde la prehistoria cuando los hombres salían a casar y las mujeres cocinaban, cosechaban y cuidaban a las hijas e hijos comenzaron los roles de género, de esos momentos a nuestros días han pasado muchos siglos, sin embargo hoy en día las condiciones que se vivían en aquella época no obedecen a la supervivencia.
Las dinámicas actuales apuestan a la deconstrucción o destrucción del género, pues muchas personas y más las nuevas generaciones no le ven utilidad, conforme avanzan los derechos de las mujeres, cada vez más féminas no ven la necesidad de que su existencia se vea limitada a procrear y servir en una casa renunciando a sus sueños, también, muchos son los hombres que no desean ser padres, ni seguir actuando un estereotipo de genero de hombre misógino y colérico.
Las infancias ahora buscan más libertad y opciones de su desarrollo integral, no solo en su formación sino también en aspectos tan simples como practicar un deporte, la elección de su ropa, el aspecto de su cabello etc.
La línea cada vez más difusa entre femenino y masculino tambalea todos los días, las religiones les parece una cosa atroz, pues ellas se benefician de tener la última palabra sobre cómo vivir tu vida, para ello un ejemplo, pues la iglesia católica cobra por bautizo, confirmación, comunión, matrimonio y hasta la muerte por sus bendiciones, de derrumbarse estas normas establecidas y ponderar derechos y libertades, mujeres que son en su mayoría las fieles de toda clase de cultos, estarán menos en los templos y más allá afuera cumpliendo sus sueños.
Las empresas e instituciones poco se preocupan, si tienen resistencias se verán derrumbadas una vez que vean algún provecho para sus bolsillos o legitimidad, es por ello que ahora vemos tanta publicidad, productos y servicios enfocados a mujeres y comunidad LGBTTTIQ.
El futuro será sin género y las personas unas décadas después les parecerá de risa que en nuestros tiempos había personas que peleaban por el color de una prenda o por si usabas o no una escoba, porque si, suena estúpido, que por tener cierta genitalidad tengas que hacer ciertas cosas.
Como toda revolución tendrá sus resistencias, pero este movimiento de la abolición del género no ha hecho más que empezar, en el futuro no existirán ni comunidad LGBTTTIQ+ ni personas no binarias, ni hombre o mujer, solo personas, sin etiquetas y con igualdad de oportunidades, tal vez ya no habrá necesidad de pronombres, todavía no sabemos que aportara a la sociedad estos cambios que vienen de la agenda mundial, pues al no haber un referente histórico no sabemos que esperar, pero de qué es lo que viene eso no lo dude queridx lectxr.
¡Nos leemos la próxima semana querido lector un abrazo!
Leo Espinoza, abogado, activista, conductor, político y orgullosamente gay.