* Tenango del Valle alista toneladas de cempasúchil, alhelí, crisalia y nube para el Día de Muertos.
Gerardo GARCÍA HERNÁNDEZ
Pese a que este año la naturaleza causó daños que incidieron en que bajara la producción, a 26 kilómetros de Toluca en hectáreas se extienden campos de pétalos y hojas que forman arcoíris, y que a la vez desprenden esencias llamando a los fieles difuntos, pues se tratan de flores como el cempasúchil, alhelí, crisalia y nube.
La localidad es San Francisco Putla, Tenango del Valle, quien históricamente es productora de flor para todas las temporadas, aunque para este 2 de noviembre serán para la celebración del “Día de Muertos”.
Desde hace cuatro meses el amarillo, rosa, blanco y verde se convirtieron en el paisaje cotidiano de los habitantes de la región. Los floricultores se dicen listos para hacer frente a la demanda de las flores, aunque -reconocen- baja en la producción en este 2017.
A decir de doña Eugenia Martínez cada mañana los cultivos que sobrevivieron, fueron tratados especialmente para que mexiquenses o de otros estados acudan a la comunidad a comprar sus ramos, para dar vida la noche del 1 de noviembre a las tumbas de los ciudadanos que pasaron a mejor vida. “Primero Dios que haya buena venta, porque casi no hay flor, le digo que hay una que la voltearon, no se dio y está muy verde. La que sobrevivió la cuidamos a partir de fumigantes”, acotó.
Con alegría puntualiza que será a partir de este 27 de octubre y hasta el 2 de noviembre que los productores de San Francisco Putla, venderán cempasúchil, alhelí y crisalia en ramos o en macetas para los más exigentes.
Nancy Mejía Guadarrama, productora de la región, narró que el contraste del clima afectó de menor manera los cultivos de las flores, pero dijo que esto no impidió para que comercialicen la producción en este mes de octubre y los primeros días de noviembre.
“Cada año viene gente a comprar por ramos, pero también ya tenemos producción comprometida con comerciantes que vienen hasta los campos por las flores”, concluyó. Cada 2 de noviembre en el Día de Muertos familias enteras acuden a los cementerios de sus localidades para dar color y vida a las tumbas de sus seres queridos, además de dar luz mediante veladoras.
