miércoles, diciembre 18, 2024
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Fosas en Sinaloa, un cuento de nunca acabar

REDACCIÓN

Grupos conformados por familiares de personas desaparecidas en Mazatlán, Sinaloa, conocidas como rastreadoras y que han surgido desde hace tiempo como asociaciones civiles, llevan a cabo una búsqueda que parecería casi imposible.

En una zona donde en el 2018 se reportaron más de mil personas desaparecidas, su incansable lucha ha derivado en más de 100 cuerpos encontrados en lo que va del 2019 hasta la fecha, cifra elevada para un puñado de mujeres en su mayoría, que cuentan con poca ayuda y mucho esfuerzo para lograr sus metas.

Los lugares favoritos para hacer esas fosas clandestinas se encuentran en la zona rural del municipio de Mazatlán, las localidades de Miravalles y Palmitos, además de la zona de Cerritos, que se encuentra a la orilla del mar hacia el norte del municipio.

La localidad de Miravalles tiene 169 habitantes y está al noreste de la cabecera municipal, cercano al libramiento Mazatlán-Culiacán, mientras que la localidad de Palmillas, de 158 habitantes, está situada al este de la cabecera municipal y a un costado del libramiento Mazatlán-Culiacán.

Estas agrupaciones, llamadas Rastreadoras por la Paz, Nuestros Tesoros Perdidos, Voces Unidas por la Vida, Sabuesos Guerreras y Una Luz de Esperanza, son asociaciones civiles formadas por madres, padres y otros familiares que sufrieron la desaparición de sus hijos o hermanos y que se dieron a la tarea de buscar y localizar el paradero de sus seres queridos.

Integrantes de estas agrupaciones, quienes solicitaron omitir su identidad, señalaron que algunos de los hallazgos se han registrado cerca de un complejo comercial al sur de Mazatlán.

Reconocieron que, en el último año la cifra de desaparecidos ha crecido y que, además, enfrentan el problema de que muchas familias no presentan denuncias por temor a alguna represalia.

Precisaron que entre diciembre y febrero localizaron casi 50 cuerpos y otros más, entre 38 y 39, en los meses subsecuentes, además de 11 hallados esta semana cerca del Centro de Convenciones.

Para la ubicación y localización de cuerpos tienen que trabajar jornadas de hasta 10 horas, y las búsquedas son intensas para tratar de avanzar antes de que caiga la noche y les imposibilite trabajar.

Afirmaron que continuarán los trabajos por diversas zonas, a fin de detectar más cuerpos y que los familiares de desaparecidos puedan tener tranquilidad al hallar “sus tesoros”.

Mujeres familiares de personas desaparecidas que integran el grupo de Las Rastreadoras por la Paz, que surge en julio de 2017, iniciaron una búsqueda de restos humanos cerca de la avenida Del Delfín la semana pasada.

La zona fue resguardada por personal de seguridad para evitar que personas externas a la búsqueda ingresaran. El vicefiscal del sur de Sinaloa, Cruz Alejandro Flores, dijo que la búsqueda terminaría el miércoles 22 de mayo.

Según reportes, habían sido hallados dos cuerpos ese día, por lo que en total serían 13 los localizados cerca de la comunidad de Palmillas y por el antiguo camino a Cerritos, al norte de Mazatlán.

El hallazgo de estos dos cuerpos habría sido hecho por personal de la Comisión Estatal de Búsqueda y de la Brigada Nacional de Búsqueda, quienes los localizaron con el apoyo de un canino a cargo de los elementos de la Policía Federal de Investigaciones, así como personal del Ejército, Policía Estatal y Municipal, quiénes durante la tarde resguardaron el sitio.

Durante los ocho días de búsqueda, las comisiones lograron exhumar cinco cuerpos cerca de la comunidad de Palmillas y ocho en el área de Cerritos, además de que en esta última zona se localizaron tres cuerpos en el pasado mes de marzo.

Hasta el momento, todos los cadáveres se encuentran en calidad de desconocidos y se les practicarán pruebas de ADN para poder ser identificados por sus familiares y darles sepultura.

También trabajan en la búsqueda, dos grupos más, Nuestros Tesoros Perdidos, formado hace 3 años, y Una Luz de Esperanza, formado en el 2017 y disuelto hace pocos días.

Entre estos dos grupos, se han localizado durante los últimos días un total de 26 cuerpos humanos en las comunidades Miravalles y Palmillas.

Además, se dio a conocer que los días 6, 7 y 8 de marzo pasado, mediante el trabajo de personas que buscan a sus familiares desaparecidos, se extrajeron 18 cuerpos de fosas ilegales en la misma zona rural.

Hace unos días, las rastreadoras acudieron con picos y palas al poblado Palmillas, donde excavaron y ubicaron otros tres restos humanos a unos metros de las fosas donde durante la semana anterior descubrieron cadáveres, y advirtieron que en el lugar podría haber más personas muertas.

Por ello, Nuestros Tesoros Perdidos pidió a la vicefiscalía que le proporcionara una retroexcavadora para abrir las fosas clandestinas del lugar.

El presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Loza Ochoa, declaró en días pasados que Sinaloa y en general todo México se han convertido en una gran fosa común.

El activista consideró que ante el alto número de fosas clandestinas, la población no tiene recursos para realizar excavaciones por las cuales halle a sus muertos.

Los cuerpos encontrados generalmente se encuentran en estado de descomposición y hasta con un alambre de púas enredado en el cuello.

En los municipios de Navolato y Mazatlán continúan apareciendo fosas clandestinas. El episodio parece no cerrarse para las buscadoras de “tesoros perdidos”.

Las autoridades han informado que algunas osamentas presentan muy poco tejido orgánico y algunas prendas de vestir que son irreconocibles porque ya tienen varios años sepultadas en esos lugares.

El colectivo Sabuesos Guerreras, integrado por familiares de personas desaparecidas, informó el hallazgo de una fosa clandestina en un predio ubicado en los límites de Culiacán y Navolato.

Según información local, las investigaciones de estas mujeres las llevaron hasta un predio ubicado en las inmediaciones del ejido El Pinole, en Culiacancito, y La Platanera, en Navolato.

En ese lugar y después de realizar una inspección, las mujeres localizaron una fosa con restos humanos.

Pero además de los esfuerzos que realizan por encontrar las fosas clandestinas, todo con el único fin de recuperar los cuerpos de sus familiares desaparecidos, los miembros de estos colectivos en muchas ocasiones han sufrido amenazas para que se desistan de seguir en su búsqueda, por lo que se les complica aún más su deseo de tener la certeza de dónde están sus seres queridos.

A pesar de ello siguen en su labor, aunque no quieran hablar mucho con los medios por temor a represalias, o que prefieran hablar solamente dentro del anonimato para evitar un posible ataque por parte de la gente que prefiere que esas fosas sigan en la clandestinidad.

Dentro de los esfuerzos que realizan estos colectivos, algunos grupos realizan colectas de materiales necesarios para la excavación de fosas en parques de sus ciudades, tratando de que la comunidad sinaloense también ponga su granito de arena en esta ardua lucha que llevan a cabo.

Así, se pueden donar palas, picos, barras, guantes de látex o carnaza, gel de alcohol, repelente de mosquitos, cloro, cubetas y jabón neutro, que serán vitales para poder escarbar en las tierras donde suponen que pude existir una fosa clandestina. Todo con el fin de poder seguir buscando a sus tesoros enterrados, y poderles dar una mejor sepultura.

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