Por: Isidro O`Shea
@isidroshea
En días pasados Aguilar Camín afirmó que, si la ciudadanía volvía a votar por MORENA, al punto de darle otra vez la mayoría en la cámara de diputados, sería una muestra de que como ciudadanía (en conjunto) somos tontos.
Sus interlocutores, entre ellos María Amparo Casar y Silva Herzog, le dijeron que, si bien coincidían con él en que no se debía votar en estas elecciones intermedias por MORENA, no se podía tampoco pensar que la racionalidad de los ciudadanos debía ser igual a la de ellos (la mayoría, politólogos). Que no debía asumir que ellos tenían la razón desde todas las aristas.
Coincido en que no encuentro razones para votar por MORENA en estas elecciones, pero coincido también en que la ciudadanía no es tonta; difícil ha de ser haber creído en AMLO y hoy tener que volver a los partidos tradicionales, a consecuencia de que salió más caro el caldo que las albóndigas.
Igualmente puede ser que la ciudadanía continúe aún más enfadada con los partidos tradicionales que con el propio AMLO; quizá muchos de ellos no vean el riesgo de darle a López Obrador 3 años más de poderes absolutos, aunque claro que es un riesgo.
Aunado a lo anterior, reitero que la ciudadanía no es tonta, porque basta con ver que la aprobación a AMLO como presidente, es mucho mayor que la aprobación de su gobierno y de sus distintas responsabilidades. Quizá lo aprueben a él como líder, como otro tipo de líder en comparación con los que habíamos tenido como presidentes, pero no aprueban su gestión, ni mucho menos sus resultados.
Que la ciudadanía no es tonta, también es algo que debemos decirles a los partidos políticos, a todos. Partidos y líderes que continúan creyendo que la política a la antigua, la del siglo XX, sigue siendo el factor diferenciador para ganar elecciones, por ejemplo: siguen creyendo que las grandes estructuras son las que dan las victorias.
Señores: ¿cuántas veces se han dado cuenta de que sus mismas estructuras se empalman repitiendo personas? Eso no es lo peor, lo peor es creer que una persona no puede pertenecer a las estructuras de los distintos partidos y/o candidatos.
Y no basta con hablar de estructuras, pues estructuras es sinónimo de prácticas clientelares, lo cual evidencia que el beneficio que los electores consideran al dar su credencial o clave de elector es la despensa o lámina que le van a entregar. Ello refleja, con mayor razón, que el ciudadano va a buscar estar en el mayor número de estructuras posibles.
Por ello, creer en las estructuras como el meollo del asunto lleva a las sorpresas al momento de los resultados electorales; quien creía ir ganando por 20 puntos y solo gana con 10, el que creía tener 10 puntos der ventaja y se redujeron a 3, o peor aun, el que creía que iba a ganar y con las ganas se quedó.
La ciudadanía no es tonta, hoy que vas a su barrio o colonia, suben tu vinilona, pero mañana que va la candidata contraria, tapan tu lona con la de ella… la ciudadanía no es tonta, quizá acaso, irresponsable… muy irresponsable.
Con ello no quiero decir que los resultados electorales que la ciudadanía ha arrojado en los últimos años, especialmente en el 2018, sean los mejores para el país; lo que quiero decir es que los ciudadanos no somos tontos, y cierta racionalidad ejercemos a la hora de votar, y con racionalidad me refiero al hecho de que la dirección de nuestro voto tiene un argumento o razón de ser.
Muy probablemente los ciudadanos ya aprendieron a leer el (mal) actuar de los políticos, y los políticos no han aprendido a leer el (mal) actuar de los ciudadanos.
De remate: parece que las encuestas de prestigio y de mayor relevancia nacional no solamente muestran resultados opuestos a los levantados por las casas encuestadoras del Valle de Toluca, sino que incluso las han evidenciado, tanto en sus pésimas formas de recolección de datos, como en su ética “de investigación”.
La semana pasada decía que la gente en Tenancingo mostraba ya el descontento con MORENA en apenas 3 años. Fenómeno similar pero contrario ocurre en otro municipio del sur de la entidad. En Ixtapan de la Sal, la gente parece fastidiada por el actual gobierno y parece que apostarán a la juventud y frescura de cierto candidato.
Mientras en Malinalco, se evidencian también las repercusiones negativas de las grandes fracturas dentro de MORENA, pues hay quien afirma que no sería sorpresa que el joven abogado que no fue contemplado por los morenistas, dé la sorpresa a través del PES.