Por: Sergio Macedo
Captar agua de lluvia, aunado al tratamiento de aguas domesticas podrían ser alternativas reales para mitigar la escasez y deficiente dotación que ya se vive en diversas regiones del país, sobre todo en zonas metropolitanas, desafortunadamente cada año miles de litros son desaprovechados y van a parar directo a los drenajes.
En ciudades como León, Guanajuato; la comunidad de La Joya en Querétaro o la Alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México se han puesto en marcha acciones para almacenar y aprovechar las precipitaciones pluviales, ya que son territorios en los que la dotación de agua potable es deficiente e insuficiente.
En este sentido, la investigadora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, adscrita al CentroGeo, institución dedicada a la investigación en ciencias de la información geoespacial, Citlalli Aidé Becerril Tinoco, refirió que a pesar de que en México la captación de agua de lluvia no es una práctica cotidiana, en algunos sitios ha demostrado ser una estrategia eficiente, incluso le ha permitido a la población poner en marcha varios proyectos productivos, como en el caso de La Joya.
Becerril Tinoco, quien ha dedicado gran parte de su vida académica a investigar la calidad del agua potable en ciudades y zonas periurbanas, señala que la posibilidad de llegar al Día Cero -quedarse sin agua- está cada vez más cercano, por lo que es urgente no dejar pasar más tiempo para invertir en sistemas eficientes para racionar y cuidar este elemento indispensable para la humanidad.
Además de no aprovechar la lluvia, la especialista mencionó que en el país tampoco existe una cultura del uso de agua tratada, “las aguas domesticas se desperdician y se van al drenaje, se desaprovechan, son aguas que no contienen metales pesados, no está tan contaminadas y se podrían utilizar para regar jardines, en sanitarios o algunas otras actividades diarias, en lugar de hacerlo con agua potable”.
Instalar esta tecnología en un hogar requiere una pequeña inversión, reconoce la geógrafa, pero a la larga los beneficios son incalculables, incluso se pueden buscar esquemas de participación entre sociedad y autoridades para financiar estos proyectos, los cuales son mucho más económicos que perforar pozos profundos, que además provocan afectaciones al ambiente.
La captación de agua de lluvia y el tratamiento de aguas residuales domésticas son las mejores alternativas para paliar la crisis de agua en las grandes ciudades, que podrían convertirse en espacios sostenibles. Lamentablemente en estos momentos miles de litros de lluvia se van por el drenaje, pues el exceso de pavimento y concreto impiden que el agua se reintegre al subsuelo para recargar los mantos freáticos, ¡vaya forma de desperdiciar recursos en tiempo de escases!