¿Y DESPUÉS DEL POPULISMO MEXICANO QUÉ?
Por: Isidro O`Shea
@isidroshea
El gran culpable de la llegada del populismo al poder ejecutivo en México no se llama Andrés Manuel López Obrador, tampoco MORENA; de haber sido así, el actual presidente habría ganado las elecciones del 2006 o bien las del 2012. Los verdaderos responsables y culpables de la llegada de un gobierno populista a nuestro país son y fueron los partidos convencionales, ellos que no supieron responder a las necesidades de los mexicanos, ni comunicar los logros alcanzados durante nuestra joven democracia, provocando que se acrecentara la desafección entre ciudadanos e instituciones políticas.
El anterior argumento incluso, lo podemos reforzar al recordar que AMLO durante su última campaña presidencial, moderó, por única vez en su vida, su discurso y ataques; lo cual no le resultó fácil, al ser un personaje con la mecha tan corta y poco racional.
El ver a un López Obrador más ecuánime, nos hizo pensar a muchos, que podríamos tener un mejor gobierno, un gobierno que en verdad gobernara – como deben gobernar todos – apegado a la ley y en favor del progreso de México, pero sabemos que no ha sido así. López Obrador ha hecho de su gobierno un reflejo de su personalidad, una personalidad que, además, se ha complementado con los rencores que ha coleccionado en su quehacer político.
Hoy, a tres años de su gobierno, desafortunadamente no se ha hecho nada, no se ha construido nada: ni hospitales, ni carreteras, ni instituciones democráticas. El haber sido el primer presidente, desde 1997, con mayoría absoluta en ambas cámaras no se tradujo en construcción sino en destrucción, destrucción de: un sistema de salud para todas y todos los mexicanos; destrucción de un aeropuerto que había sido reconocido su proyecto a nivel internacional; destrucción de organismos autónomos como la Comisión para prevenir la discriminación e incluso la desaparición de fideicomisos nacionales que nadie sabe donde quedaron.
En contraparte, como logros, si fríamente lo consideramos, solo tenemos el incremento histórico del salario mínimo, el cual lamentablemente, poco ha servido, al estar acompañado de niveles de inflación no vistos desde hace 20 años. Asimismo, si lo queremos ver como logro, podemos mencionar el debilitamiento de los cacicazgos de los gobernadores, pero ello, más que ser un logro institucional, responde al autoritarismo ejercido desde Palacio Nacional.
A partir de lo anterior, hay muchas preguntas que los mexicanos podemos hacernos. La primera de ellas: ¿Qué va a lograr el presidente de la República en los tres años restantes sin mayoría absoluta en la Cámara de diputados, si no logró nada en tres años que sí la tuvo?; ¿Cuál tan débil se convertirá el presidente del país, cuando gobernadores empiecen a entender que él, al igual que todos los anteriores, solo está aquí por 6 años?; ¿Cuánto disminuirá su legitimidad, cuando cada semana se descubren más actos de corrupción, como aquellos que tanto señaló?
Hoy López Obrador no solamente es como todos los anteriores de la joven época democrática, es peor, puesestá más apegado a las costumbres del régimen priista, y peor aun, con el pecado de haber polarizado un país, con la única intención (lograda) de asumir el poder por el poder mismo.
El problema quizá ya no esté hoy en el actual presidente, sino en aquel o aquella que lo suceda en la silla presidencial; quien se encontrará con un engrudo de cuentas e instituciones, pero que tendrá la ventaja, de también encontrar una vara de logros muy baja; haciendo que cualquier mínimo logro realmente democrático, lo ponga por encima de la actual administración presidencial.
Así pues, la 4T habrá ciertamente significado un cambio, pero no precisamente a favor de México, sino un cambio que frenó los logros e instituciones del México del siglo XXI, del México, nos guste o no, que iba rumbo a una mejor democracia.
Tiro libre indirecto: hablando de descontentos, hemos de mencionar a los ciudadanos de Ixtapan de la Sal. Su descontento con el presidente municipal electo Edgar Ocampo aumenta, pues ahora se sabe que nombrará secretario del ayuntamiento a Norman González, un priista de San Mateo Atenco, que poco o nada sabe de Ixtapan de la Sal.