Toluca, Méx.- La historia de Alfredo Peñaloza Carmona está construida con emoción, compromiso, esfuerzo, pero, sobre todo, disciplina. El corredor de fondo ex olímpico y entrenador de atletismo en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), rememoró sus intervenciones en las más representativas competencias mundiales.
“Quiero platicarles un poquito de mi vida deportiva: tuve la oportunidad de representar a México en la prueba de maratón. Competí en dos Centroamericanos, dos Panamericanos y dos ediciones de los Juegos Olímpicos”.
Peñaloza Carmona participó en los Juegos Centroamericanos realizados en Panamá (1970) en los que obtuvo medalla de oro y los correspondientes a República Dominicana (1974) donde quedó en séptimo lugar. Las dos participaciones de los Juegos Panamericanos fueron en 1967 en Winnipeg, Canadá y en 1971, en Cali, Colombia.
Además, de los Juegos Olímpicos de México 1968, “obteniendo el lugar decimotercero que en ese tiempo era el mejor lugar que había obtenido un mexicano dentro de la prueba de maratón”, y en la edición de 1972 en la ciudad de Múnich, Alemania.
El entrenador de la comunidad universitaria refirió su gratitud porque tuvo la oportunidad de representar a nuestro país en competencias mundiales. “Es un compromiso muy grande. La verdad que todavía recuerdo cuando por primera vez me puse la camiseta de México; no hay fiesta más grande que unos Juegos Olímpicos y creo que todos los deportistas aspiran a llegar a este nivel de competencias”, agregó.
Sin embargo, recordó que para formar parte de una delegación o representar a un país en justas mundiales “se requiere de mucho trabajo y de mucho esfuerzo”. Y subrayó: “Espero que la juventud esté consciente de que para llegar a unos juegos mundiales se requiere de años de trabajo, pero, sobre todo, de disciplina”.
Durante su intervención en las Olimpiadas de 1968, Alfredo Peñaloza, conocido cariñosamente como el Chivo, fue entrenado por uno de los más notables formadores de atletas: el neozelandés Arthur Lydiard (1917- 2004) considerado como el primer entrenador de corredores fondistas y quien tuvo a su cargo el entrenamiento del equipo olímpico mexicano.
“Era el mejor entrenador del mundo en las pruebas de medio fondo y fondo maratón. Me dije a mi mismo: voy a llegar. Esta oportunidad no la voy a dejar pasar. No sé cómo le voy a hacer, pero voy a aprovecharla”.
Hijo predilecto de San Marcos Yachihuacaltepec, en Toluca, capital del Estado de México, Alfredo Peñaloza Carmona nació el 31 de marzo de 1947. Sus primeros encuentros con el deporte los realizó a ras de la cancha y tras el balón. “Si no jugaba o asistía al futbol para mí no era domingo”, recordó. Pero después, el entrenador Peñaloza, quiso saber qué se sentía correr: “fue una casualidad, un 15 de septiembre asistimos con amigos a la ciudad de Toluca y en el jardín de ‘Los mártires’ (hoy explanada) se estaba realizando una competencia de tres mil metros de atletismo y yo les dije a los amigos, me gustaría correr para ver qué se siente”.
A modo de broma, esos amigos lo inscribieron en la competencia estelar de los cinco mil metros planos. “Participé y para mi buena suerte, quedé en segundo lugar. Me sentí muy emocionado”.
Luego vinieron los entrenamientos, las intervenciones en justas internacionales y posteriormente una asidua participación en reconocidos maratones del mundo: en Estados Unidos (Boston, Chicago, Nueva York, Los Ángeles), Puerto Rico, Guatemala y Japón. “En ese tiempo abrimos una brecha a nivel internacional para el deporte del atletismo mexicano, sobre todo, en pruebas de fondo”.
Tras retirarse del atletismo competitivo, Peñaloza Carmona realizó la carrera de técnico en deporte para iniciar una nueva faceta: entrenador universitario.
A inicio de la década de 1990, Peñaloza Carmona fue incluido en el programa gubernamental de Desarrollo de Atletas de Alto Rendimiento, integrado por deportistas mexiquenses que representaron a México en alguna competición. “Ahí comencé a tener alumnos que destacaron dentro del deporte. Tuve excelentes resultados en mi trabajo y, posteriormente, la oportunidad de entrar a la universidad”.
El entrenador tiene más de 25 años trabajando para la institución. “Me siento bastante bien, muy contento, con mucho entusiasmo porque aquí en la UAEM hay excelentes atletas en desarrollo”.
Al iniciarse un nuevo ciclo de clases en la UAEM, el entrenador Peñaloza invitó a las y los jóvenes deportistas a acercarse al Estado Alberto “Chivo” Córdova o a los gimnasios, “tenemos una pista hermosa, un estadio hermoso, los invito a que vengan a integrarse al equipo representativo de la universidad en el deporte como el atletismo”.
Para concluir esta entrevista, el ex olímpico y entrenador universitario destacó que la disciplina en el deporte es fundamental: “si no hay disciplina es muy difícil alcanzar los sueños que uno tiene como objetivos en cualquier competencia”.