México.- El grupo Botellita de Jerez presentó a sus seguidores los temas de su nuevo material discográfico, en el Lunario del Auditorio Nacional.
Cerca de mil 200 “chavo rucos”, como llaman los “botellos” a sus admiradores, se dieron cita en el Lunario, para cantar, conocer y reencontrarse con la música de este grupo de rock mexicano que se ha ganado el cariño, la admiración y el respeto de la banda rockera nacional, gracias a sus irreverentes y divertidas letras.
Y “#No pinch… mam…”, no se queda atrás, un disco variado con canciones movidas, románticas, de protesta, de amor a la patria, con la picardía característica del grupo formado por Armando Gil, Francisco Barrios “El Mastuerzo”, Santiago Ojeda y El Sr. González.
Así el show comenzó y durante una hora, los músicos fueron tocando una a una las canciones de este material, el cual tuvieron que pasar 17 años, para volver a grabar.
Abrieron con “El fua”, siguieron con “El principitote”, el “romántico” tema: “Te quiero mucho, pero ya no te soporto”, “Domingo, mi vida”, todas estas canciones estuvieron acompañadas por unos videos que fueron proyectados en los costados del escenario.
Los “chavo rucos” empezaron a “calentar motores”, y cuando Botellita de Jerez presentó la rola “Sin maíz, no hay país”, los gritos de la fanaticada comenzaron.
La música siguió y siguieron con “Carnal”, tema que dedicaron a Sergio Arau, ex integrante de la agrupación, provocando los aplausos de los presentes.
Las nuevas canciones siguieron y se dejaron escuchar temas con doble sentido como “Ardilla”, “Chichis pa´la banda” o de protesta como “El Dinosaurio”, “¡Presos políticos, libertad!”.
Pero la banda no se quería ir sin que sus ídolos los complacieran con los éxitos que han hecho de Botellita de Jerez, una de las agrupaciones icónicas del rock mexicano, como “Niña de mis ojos”, “Charrock and roll”, “Luna misteriosa”, “Oh Dennys”, “A chingá” y para finalizar con broche de oro y a petición de la banda, los complacieron con la canción: “Alármala de tos”, que fue coreada por todos los presentes, concluyendo con una velada rocanrolera de “#No pinch… mam…”, al estilo de Botellita de Jerez.