La leche materna no es transmisora del virus; especialistas mexiquenses recomiendan no suspender la lactancia, aunque padezcan la enfermedad.
Por Alelhi Rodríguez
Aún con COVID-19, Karen Mireya López Lara lactó a su hijo Rodrigo. Una prueba positiva en enero de este año preocupaba su estado de salud, pero más el de su bebé de siete meses, al quitarle la leche materna por la enfermedad.
Por instrucciones de la pediatra de su hijo, esta madre de familia, a pesar de estar en cuarentena, no suspendió la lactancia, ya que esta es transmisora de anticuerpos.
«La pediatra me aclaró que era muy importante darle en ese momento leche, porque le iba a pasar muchos anticuerpos que le iban a ayudar más adelante”, detalló.
Cada tres horas, López Lara, originaria del municipio de Toluca, amamantó a Rodrigo; lo hizo portando mascarilla y careta, además del lavado constante de manos, para evitar el contagio de virus SARS-CoV-2. «Sabía que era muy importante, me daba miedo contagiarlo, que tuviera algún problema, pero tomamos todas las medidas».
María Elena Álvarez, Coordinadora Estatal de Lactancia Materna y Bancos de Leche, coincidió que la leche materna no es transmisora del virus y que la lactancia no debe ser suspendida por ningún motivo, pues mediante la leche materna el bebé recibe anticuerpos; “es importante mencionar que ninguna leche en polvo, por mucho que tenga suplementos, jamás se va a comparar con la leche materna”.
Agosto es el mes de la lactancia; la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las madres lactar a sus hijos como mínimo 6 meses.
Y es que los beneficios son para ambos, en el caso de las mamás, reducen la probabilidad de padecer enfermedades como la diabetes mellitus tipo dos, incluso cáncer de mama.
En el caso de los bebés, además de adquirir anticuerpos, hay un mejor crecimiento de su boca y mandíbula, y previene enfermedades como hipertensión, diabetes, asma o leucemia.