Por Guadalupe de la Cruz
“El aborto no es quitar un tumor maligno, sino es destruir, matar y asesinar un ser humano”, así lo expresó el Cardenal Monseñor Felipe Arizmendi, luego de las diversas manifestaciones que han realizado grupos feministas para pedir la interrupción legal del embarazo.
En fechas recientes, dijo, se han escuchado diversas voces de grupos feministas, especialmente, solicitando la aprobación de la ley que permite la interrupción de la vida como un derecho de la mujer, “y hay que decirlo, no solo ellas tienen derecho, sino también los no nacidos”.
“Los defenderemos, aunque nos tilden de retrógrados y antifeministas; aunque no lo somos. Solo defendemos los derechos humanos de quienes no se pueden defender; y que sepan que tampoco las criminalizamos, sino que tratamos de comprenderlas y ayudarlas para que salgan adelante, ellas y sus recién concebidos”, precisó.
La autoridad eclesiástica comentó que actualmente existen muchas instituciones de la iglesia que con amor reciben a sus criaturas, si quieren deshacerse de ellas.
Asimismo, Monseñor Arizmendi destacó que como iglesia apoyan la dignidad de todas las mujeres, “incluso respetamos su derecho a ser libres, a usar su libertad y su cuerpo como quieran, pero lo que llevan en su seno, desde el momento de la concepción, es un verdadero ser humano”, subrayó.
“Deben tener en cuenta que no es solo células, un cigoto, un feto, un embrión o como se le quiera llamar, sino una persona que tiene vida, y antes de las 12 semanas se mueve y ya se escucha su corazón”, enfatizó Monseñor.
Felipe Arizmendi opinó que deshacerse de esa vida de forma violenta no es quitarse un tumor maligno, sino destruir un ser humano, matar o asesinar a un inocente.
“El derecho a la vida de todo ser humano no está a discusión, ni depende de consultas amañadas y parciales, fácilmente manipulables, por lo que también hacemos un llamado a la sociedad a defender la vida de los concebidos”, concluyó.