* El plantel educativo «My School», en Interlomas, en la mira de las autoridades por reiterados casos de agresión a niños.
* «Se trata de un juego» señala la directora, abuela del provocador. Un niño agredido ,pero con voz: «Ya Basta».
Redacción 8 Columnas
Como se sabe, el acoso escolar o bullying es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada, es decir, especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor cuenta con la indiferencia o complicidad de otros compañeros y de las mismas autoridades escolares.
Tales casos ocurren tanto en las escuelas públicas como privadas, siendo más grave el problema cuando es en las segundas, pues los agresores cuentan con la protección de sus padres influyentes, o lo que es peor, que sus familiares sean los directores o dueños de los colegios. Como ocurre en el plantel educativo «My School» en Interlomas, donde el niño de preescolar al que sólo se le identificó como «Geno», nieto de la directora de la escuela, reiteradamente ha agredido a diferentes compañeritos.
El jueves pasado, por segunda vez -la primera lo mordió- atacó a un alumno a quien caído, lo sujetó de las manos pidiéndole a otra compañera le propinara una patada en el rostro que le causó serias heridas. Según el relato del niño agredido, lo estaban espiando para tomarlo por sorpresa. Los protagonistas, fueron llevados con la maestra responsable quien por cierto no se encontraba en el lugar en el que se suscitaron los hechos, en donde el castigo fue que la niña recibirá una llamada de atención y el agresor perdonado por ser quien es, a pesar de que otros alumnos fueron testigos de los hechos, la directora y abuela del agresor argumenta que solo se trato de un juego restándole importancia a las evidentes heridas que tenía el alumno agredido en la cara. No es la primera vez que el menor agrede a su compañero, pero en esta como en otras ocasiones, nadie denuncia los hechos por temor a ser despedidos en el caso de maestros o empleados de dicho colegio, o recibir amenazas o represalias por parte de los padres, pues la dueña del colegio y madre del menor agresor se maneja con prepotencia y guardaespaldas armados. Y por otro lado la madre del niño agredido es parte de una familia que posee un importante medio de comunicación. Es por eso que en este caso tenemos a un niño agredido pero con voz. Esperamos que su caso sirva como antecedente y las autoridades correspondientes pongan un alto a este tipo de brutalidades.