Redacción
Grecia enfrenta desde hace once días un devastador incendio en la región de Evros, al noreste del país. Este desastre fue calificado como el «más grande del que se tenga registro» en la Unión Europea. El incendio comenzó el 19 de agosto y ha arrasado más de 81 mil hectáreas, incluyendo gran parte del parque nacional de Dadiá, conocido por su hábitat de aves rapaces.
El observatorio europeo Copernicus proporcionó información sobre la magnitud del incendio, advirtiendo que la densa vegetación en la zona dificultada las labores de extinción. Tres incendios aún persisten y deben ser apagados. La situación llevó a la evacuación de localidades cercanas, como Kotronia.
La Unión Europea intervino enviando recursos considerables para combatir el incendio, incluyendo 11 aviones y un helicóptero, así como 407 bomberos. Sin embargo, la complicada topografía y la densa vegetación dificultan la visibilidad de las llamas y el control de su propagación.
La región de Evros sufrió la pérdida de al menos 20 vidas humanas, la mayoría de ellas presuntos migrantes, incluyendo a dos niños. Además de la devastación humana, el incendio causó un gran daño ecológico, afectando irreparablemente el parque nacional de Dadiá y su biodiversidad.
Las autoridades griegas han anunciado medidas para reforestar la región afectada y brindar indemnizaciones a quienes han perdido sus hogares y medios de subsistencia. Este verano, Grecia ha enfrentado múltiples incendios que fueron atribuidos al cambio climático, y más de 120 mil hectáreas han sido consumidas por el fuego.
El gobierno griego destacó las dificultades impuestas por las condiciones meteorológicas extremas de este verano, agravando los esfuerzos de contención y extinción.
La magnitud de la destrucción y la frecuencia creciente de estos incendios resaltan la importancia de abordar el cambio climático y adoptar medidas preventivas más efectivas en la gestión de incendios forestales.
