IEEM. El mudo
Sin duda, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) es uno de los órganos locales mejor preparado del país. Muchos de sus consejeros han sido —y son—, personas altamente reconocidas en el desempeño de la materia electoral. Incluso, su madurez y preparación política marcan una diferencia que garantiza la estabilidad social en la entidad. Desde la reforma electoral de 2014, las veces que se han presentado controversias y deficiencias en la organización de las elecciones se deben a la intromisión del Instituto Nacional Electoral (INE). Elexceso de atribuciones del órgano federal constituye un atropello a la autonomía de los estados miembros del Pacto Federal. Mientras la transición democrática del país se fortalecía por la descentralización de funciones, el INE retrocedió a la centralización que, penosamente, se expresa según sea el estado de ánimo del presidente del Olimpo Electoral.
De su excesivo poder, el INE no es responsable. La reforma política convenida dentro del Pacto Por México, firmado el 2 de diciembre de 2012, creo un desequilibrio acordado entre los dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), principalmente. Las dirigencias nacionales firmaron el Pacto al tamaño de sus ambiciones, nunca en favor de fortalecer la cultura democrática nacional. Una de las materias que se transformó de una atribución de certeza jurídica a otra de manejo político, fue la fiscalización. Ahora es más un instrumento de orden político operado desde el INE.
Existen más competencias que deben ser revisadas y reformadas, para evitar que la democracia sea secuestrada por los partidos en detrimento de la sociedad. Modificaron lo que fue conveniente a supermanencia dentro de las dirigencias de sus partidos; nunca discutieron modificaciones al esquema de acceso a los recursos públicos. En consecuencia, es penoso que existan partidos que reciben dinero público a pesar de su escasa votación y otros que, de plano, sacan menos votos que la cantidad de votos nulos. Fuera de las tres fuerzas políticas nacionales, PRI, PAN y MORENA, los demás son membretes cuya utilidad es ser instrumentos legales para romper la democracia interna de los partidos, negando a las militancias el derecho a elegir a sus propios candidatos. ¡Benditas coaliciones que debilitan a las estructuras de los partidos, pero encumbran dirigentes!Con el tres por ciento de la votación alcanzan posiciones de representación y fuertes cantidades de recursos que disfrutan a plenitud. Viven en la lógica que “en política lo que cuesta dinero es barato”. Desafortunadamente nada de ese dinero es de ellos, es del pueblo.
Ante las fallas reiteradas en cada proceso, el IEEM ha guardado silencio y eso no es bueno para consolidar la democracia de una entidad con la fortaleza política como lo que se vive en el Estado de México. En las elecciones de 2017, para elegir gobernador de la entidad, la transparencia fue severamente criticada por situaciones atribuidas a su mutismo. En las de 2021 fue más que evidente y sospechoso que los funcionarios de casilla capacitados para cumplir con sus actividades no llegaran el día de la jornada electoral. También causa controversia que los distritos y municipios de mayor pobreza y rezago sean donde uno de los competidores saca más votación y donde los electores registran mayores porcentajes de votación que los distritos y municipios de las zona urbanas. De pronto tenemos índices de participación propios de los Cantones Suizos en el sur y norte del Estado de México.
Algún consejero dirá, como el alto vacío de Guanajuato, “y yo por qué”, a ese consejero debemos recordar que, además de las atribuciones de las leyes electorales, existe el recurso de la ética y la moral para hacer pronunciamientos en favor de mejorar la calidad democrática de la entidad. Nada pierden en expresar aquellas fallas que deben ser superadas y, mucho menos, es una pérdida de tiempo acudir a la cámara de diputados del estado para proponer reformas que garanticen una mayor transparencia y equidad en la competencia. Pero si eso es mucho pedir, están a tiempo de romper el silencio autoimpuesto para hacer un llamado a los partidos, dirigentes y aspirantes a la gubernatura del estado a conducirse con civilidad y a no cometer fraudes a la Ley. Sería un acierto de su parte, impulsar una convocatoria para que el conjunto de las instituciones que tienen que ver con las elecciones se pronuncien en favor de una competencia en el 2023 acorde a la grandeza del Estado de México.
Por cierto, bajo ningún escenario, el Consejo General del IEEM debe ser solo espectador en el nombramiento del Consejero Presidente. Los mexiquenses no aceptamos ser rehenes de la frivolidad del INE, donde a unos aspirantes los entrevista con rigor y con otros toma café. Por nada el IEEM puede ser un actor mudo.