Por: Sergio Macedo
Con el inicio de la temporada de lluvias los accidentes viales se incrementan, las calles y carreteras se vuelven resbaladizas, por lo que frenar y controlar los vehículos se complica considerablemente, sobre todo si no se respetan los límites de velocidad o se conduce una unidad en malas condiciones mecánicas.
Luego de una extensa temporada de sequía, desde hace algunas semanas la lluvia se ha hecho presenta en el centro del país, con ello se incrementa la probabilidad de verse involucrado en un incidente vial, por lo que es necesario adoptar algunas medidas para evitar una colisión que ponga en riesgo la integridad de quienes viajan en un auto particular o del servicio público.
Para desplazarse con seguridad durante las próximas semanas que durará la temporada de lluvias es necesario que los conductores hagan una revisión detallada en el sistema de frenos de sus unidades, las condiciones en que se encuentran sus neumáticos y amortiguadores, así mismo, inspeccionar que los limpiaparabrisas funcionan adecuadamente, si es necesario reemplazarlos. De igual manera comprobar que los faros y luces del vehículo están en perfectas condiciones.
Un punto muy importante es cerciorarse que no haya fugas de aceite, líquido de frenos o anticongelante, ya que estos fluidos al mezclarse con el agua de lluvia convierte a las vialidades en verdaderas pistas de patinaje; si a eso se le suma el deterioro de los caminos, unas llantas lisas y sin el inflado adecuado, la conducción se vuelve peligrosa, sobre todo si se circula a exceso de velocidad.
Con pavimento mojado unas llantas en buenas condiciones ayudarán al buen control de un vehículo automotor, ya que su dibujo sirve para evacuar exceso de agua del piso, además de incrementar la adherencia al terreno para evitar el conocido efecto de aquaplaneo al conducir a altas velocidades en carreteras con encharcamientos.
Cabe señalar que una revisión habitual de las condiciones mecánicas en que se encuentran automóviles particulares, unidades del servicio público, de carga, motocicletas e incluso bicicletas, reduce la incidencia de accidentes viales, pues se detectan fallas que ponen en riesgo la seguridad de los usuarios.
Si bien el mantenimiento preventivo disminuye el riesgo de protagonizar un incidente vial, respetar los límites de velocidad, sobre todo con piso mojado será clave para frenar a tiempo, controlar un vehículo y así evitar un accidente.
De acuerdo a Latin NCAP –programa internacional encargado de verificar la seguridad de los vehículos automotores- a una velocidad de 50 kilómetros por hora, piso seco y otras condiciones ideales, un conductor requiere entre 21 y 30 metros para frenar su unidad
Ese mismo auto con similar velocidad, en excelentes condiciones mecánicas, llantas infladas correctamente, con dibujo apropiado, pero con piso mojado necesitará 50 metros para hacer alto total, ahora bien si un vehículo es conducido a más de 100 kilómetros por hora, en una vialidad mojada, requiere al menos 210 metros para detenerse.