POR Yuritzi BECERRIL TINOCO
George Didi-Huberman (2008) expone en el texto “Imágenes, evento y duración”, la relación entre estos elementos que son discutidos a propósito de la obra de Pascal Convert “Sin título (inspirada en la velada fúnebre de Kosovo del fotógrafo Georges Mérillon, 1990)”, la cual forma parte de un conjunto de tres esculturas monumentales presentadas en la colección del Museo de Arte Moderno de Luxemburgo. La imagen de Mérillon, a la que hace referencia la escultura de Convert, fue publicada por primera vez en el diario francés l’Express y más tarde en Le Figaro Magazin. Sin embargo, la fotografía se vuelve célebre con el comentario que hace François Miterrand sobre ésta, en la colección anual de la VSD magazine en donde, entre otras cosas la compara con un Rembrandt. Sin embargo, nos recuerda Didi-Huberman, la familia en duelo de Nagafc, que aparece en la imagen, es la primera en poseerla. Una década más tarde el ejército serbio invade Nagaf, y Aferdita, la hermana de Elshani -que yace muerto en la foto-, alcanza a enterrarla. Meses después Mérillot regresa a Nagafc a buscar a las imágenes sobrevivientes.
Para el caso de esta imagen particular Didi-Huberman propone situarla en el contexto que representa: la historia del conflicto balcánico que afecta el territorio de Nagafc, la historia del fotoperiodismo de guerra a la que pertenece Mérillon y la historia del arte contemporáneo en donde se inscribe la obra de Convert.
La belleza en cuestión está en nuestras miradas, escribe Yves Michaud en 2003. De acuerdo con esta afirmación podemos entender que hay un canon estético que regula las imágenes y nuestra mirada: De ahí la relación hacia la iconografía cristiana y el momento estético con la que la fotografía de Mérillon es identificada (la pintura barroca). Ejemplo de la estetización del mundo. En cambio, la experiencia estética que propone Convert es distinta. Busca provocar una mirada sobre el sufrimiento humano. Frente al grito mudo de la escultura propone una mirada paciente, atenta, que cuestiona.
Didi-Huberman se cuestiona sobre los puntos de anclaje de la significación frente al contexto de la sociedad del espectáculo, del ruido mediático, del flujo de las imágenes y los clichés de los que forman parte. El genio de Convert consiste en aislar una imagen de este ruido mediático, detenerla frente al flujo veloz en el que viaja, salvarla de la evaporación a la que está condenada. Imposible cambiar de canal. La imagen se ha convertido en un lienzo, un muro blanco. Cuerpos en tamaño real que llevan en el rostro la aflicción de una pérdida nos interpelen, nos detienen. Sin embargo la imagen lleva consigo la carga histórica de todos los mundos que habita: la historia del conflicto balcánico, el reconocimiento mediático del que forma parte, que la marca como “la imagen del año”, la pertenencia a un museo que la preserva, la sacraliza y la pone en riesgo de volverla “inofensiva”.
En su tránsito, la imagen va acumulando las significaciones del mundo que camina. Por un lado arde y sobrevive frente a la guerra, llevando consigo los restos del dolor de una comunidad, dibujada en el rostro del duelo familiar frente a una pérdida y un destino fatal. Una década más tarde se convierte en arte, pese a que “no fue pensada ni producida como obra de arte, cuya intención era informar sobre un evento, hacer visible un hecho lamentable”. Por otro lado, la consagración en que deviene, si bien, el comentario que le da la celebridad recuerda la dimensión histórica y estética así como la carga simbólica y política que representa: “¿Cómo no pensar en un cuadro de Rembrandt? La rabia y el dolor tienen siempre el mismo rostro”. Más tarde la llamarían la “Piedad de Kosovo” ratificando su valor estético: el triunfo de la estética, de acuerdo con las palabras de Yves Michaud. En este contexto la propuesta de Convert plantea un giro visual. Detenerse, mirar su substancia histórica, entender la memoria y el deseo que un instante representa.
Obra:
Pascal Convert. Pietá du Cosovo, 1999-2000.
Mudam Luxembourg. Comission and Collection Acquisition 2004
© Photo: Frédéric Delpech