jueves, marzo 28, 2024
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Exposición de egresados 2020 de la Facultad de Artes

POR Yuritzi BECERRIL-TINOCO

El pasado viernes 20 de noviembre se inauguró la Exposición de Egresados de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de México. En ella participaron alumnas de la Licenciatura en Artes Plásticas y Arte Digital. La exposición fue inaugurada por Marengla León-Álvarez, directora de la Facultad de Artes en el marco de la ceremonia de egresados de la generación 2020 del programa de formación en artes plásticas. La exposición fue curada por Marcela Cadena y montada en Mozzila Hubs en colaboración con Mariano Carrasco como parte de los proyectos de exploración de la experiencia en la pantalla que se llevan a cabo en el mismo espacio académico.

Las obras expuestas son “Ramo de manzanilla” de Paulina Madrigal, “Parásito” de Aylin Mora, las piezas “Latidos irregulares” y “Corazones conectados” de Melissa Mayorga, la pieza sonora y visual “Alivio Neuronal” de Mélanie Hernández, “Paisaje: habitar” de Lorena Hernández, la obra “Proyecciones cartográficas de un texto” de Itzel Vilchis, la obra “transpirando el aquí” de Ingrid Pulido y “Fragmentos del espacio orgánico I” de Fernanda Rodríguez Cruz.

“Parásito” de Aylin Mora es una animación clay motion en donde se explora con texturas y la luz natural de dos velas. El tema que se aborda es el del parásito, estos organismos uni o multielulares que viven a expensas de un organismo huésped y provocan que éste cambie sus propias dinámicas. El parásito se asocia normalmente a efectos nocivos en el organismo huésped pero ¿qué pasa cuando el parasito parece crear nuevas y hermosas cosas en lugar de destruirlas? Se pregunta Demmi Aylin.

La pieza “Latidos irregulares” de Melissa Mayorga es una serie de dos estampas que fueron impresas en la ciudad de Valdivia, Chile en 2019 elaboradas en aguafuerte y aguatinta. Por su parte, la estampa “Corazones conectados” fue impresa en la ciudad de Toluca en 2018, elaborada en caligrafía y tinta china. El trabajo que presenta la artista es una metáfora del funcionamiento del corazón que de acuerdo con la artista puede verse alterado por factores como el tiempo. La obra aborda la noción de desgaste y descomposición.

La pieza “Alivio neuronal” de Mélanie Hernández es una pieza de exploración sonora y visual. De acuerdo con la autora, el detonante de esta exploración es la hipersensibilidad a la luz y al sonido que produce la migraña, esta sensibilidad la ha llevado a discernir entre sonidos y colores presentes en estos momentos de percepción alterada. Mélanie Hernández ha decidido utilizar esta sensibilidad como base de exploración para pintar y explorar con los sonidos y colores que le resultan agradables durante los episodios de migraña de tal modo que percibe su práctica artística como una búsqueda de la armonía en estos momentos de tensión.

En “Paisaje: habitar”, Lorena Hernández, propone –según sus propias palabras- un espacio de reflexión respecto a los aspectos históricos, culturales y sociales que ha involucrado el desarrollo del paisaje dentro del arte. La obra busca acercar a una definición de paisaje ambulante, que similar a una caminata se construye como un tejido de experiencias, memorias, reconocimiento, y se define a partir del habitar.

En “Proyecciones cartográficas de un texto” Itzel Vilchis utiliza la cartografía como un ejemplo del lenguaje gráfico que potencia lo visual, igualmente trabaja con la idea de plano como una forma que permite representar información detallada sobre un espacio. La artista considera este elemento como una especie de código que transcribe sensibilidad y capacidad de comunicación gráfica.

Al respecto de la pieza “Transpirando el aquí” de Ingrid Pulido, la artista escribe: En mi estancia en Valdivia, Chile y al convertirme en una migrante, mi mirada se concentra dentro de un cuerpo que circula ante un territorio nuevo, acortando la distancia que existe entre un ser y la naturaleza. La artista explora la corporalidad en su semejanza con las texturas de una región y vincula la humedad del territorio habitado con su propio cuerpo y en esa analogía piensa la distancia que se acorta entre su cuerpo y los otros cuerpos.

En “Fragmentos del espacio orgánico” Fernanda Rodríguez-Cruz presenta la obra como producto de una superposición de espacios que resulta al dividir el papel a la mitad y luego a la mitad en un proceso sucesivo. A través de ésta técnica, la artista fragmenta el espacio de tal modo que: en vez de contener la imagen impresa en unidad, ésta se distribuye de manera modular. Los módulos se despliegan, interactúan, se conjuntan y experimentan a través del salto y la incógnita en el ojo espectador.

La exposición se puede visitar a través de la página web de la facultad de artes o en el siguiente link. http://web.uaemex.mx/fartes/pag3-dfcultural.html.

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