Héctor Zerecero | La premisa de cambio y adaptación social es válida para los partidos políticos
Ninguna de nuestras amistades, gobiernos, universidades, pensamientos, pueden escapar del clima social que les configura. Nosotros, como seres modernos, sentimos dolor y alegría de un modo incomprensible a los antiguos, para nuestros padres, lustrar cotidianamente su calzado tuvo un significado que para nosotros no tiene. Esta premisa de cambio y adaptación sociales es válida para los partidos. Pues cuando a éstos les reclamamos su incapacidad para conservar y atraer más militantes, no debemos olvidar que a los individuos, no nos parecen raras las lealtades cortas. Hoy está bien visto y legitimado cambiar de religión o ídolos, de sexo, vocación e incluso equipo de fútbol.
No me interesa defender o justificar a los partidos, pero sí, asociar su comportamiento con este principio de cambio social, al final de cuentas los partidos políticos son entidades de interés público con personalidad jurídica y patrimonio propios y la intención de este artículo es dar a conocer al lector las funciones y la importancia de los partidos políticos como ente social en México.
Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, fomentar el principio de paridad de género, contribuir a la integración de los órganos de representación política, y como organizaciones ciudadanas, hacer posible su acceso al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como con las reglas que marque la ley electoral para garantizar la paridad de género, en las candidaturas a los distintos cargos de elección popular. (Artículo 41, fracción II de la CPEUM).
Al describirse las funciones de los partidos políticos surge la siguiente inquietud, ¿tienen estas organizaciones la responsabilidad de representar los intereses de toda la ciudadanía o la sociedad? Y esta duda, nuevamente nos obliga a reflexionar sobre la definición de partido político como una asociación voluntaria de ciudadanas y ciudadanos que puede representar tanto intereses generales como específicos o muy incluyentes. Para Joseph Schumpeter (1883-1950) nacido en República Checa, fue un reconocido economista y politólogo austro-estadounidense, los partidos no tienen por qué defender un interés general, público, y los define, por tanto, como grupos cuyos miembros actúan concertadamente en la lucha competitiva por el poder.
Es difícil imaginar que en los Estados contemporáneos pueda existir una política sin partidos, en la actualidad sólo hay dos tipos de Estados que no tienen partidos políticos; las regiones pequeñas gobernadas por familias y los regímenes que han prohibido los partidos políticos y están gobernados por los militares, o bien, por gobiernos autoritarios apoyados por los ejércitos.
Sin embargo, la existencia y desarrollo de la democracia moderna es impensable sin la participación de los partidos políticos. En la realidad, no existe en el mundo contemporáneo un régimen democrático sin ellos.
La presencia de los partidos políticos en una sociedad moderna, es garantía del imperio de las formas democráticas de gobierno y han logrado construir un orden institucional que se sobreponga a otro tipo de instituciones y grupos como las monarquías, las élites tradicionales, las burocracias civiles y militares. De esta forma, los partidos han sido muy importantes para el establecimiento y consolidación de los sistemas democráticos pues éstos basan su propia existencia en el consenso político acerca de que tal enfrentamiento ha de ser siempre resuelto de acuerdo con las reglas del juego.
Así es dable llegar a la conclusión de que, los partidos políticos han permitido que el poder se ejerza de forma organizada y con viabilidad, permitiendo el funcionamiento de las democracias al ser los canales adecuados del pluralismo y las demandas, reconociendo y haciendo productivo el conflicto en las democracias contemporáneas.