viernes, noviembre 15, 2024
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ZONA DIVERSA – CARENCIAS AFECTIVAS, UNA INVITACIÓN A LA INTROSPECCIÓN

 

Por: Leo Espinoza

 

La salud mental debe ser un tema fundamental en pleno siglo XXI, pues con el ritmo acelerado de vida, el incremento de inseguridad, volatilidad económica, cambios sociales y las cada vez más extenuantes jornadas laborales permiten un incremento en el riesgo de sufrir las enfermedades de moda relacionadas con el estrés.

Una frase que suena a cliché como el, “es que en mis tiempos no eran las cosas así” tiene una verdad relativa pero no absoluta, hasta ahora sufrir por amor, que este presente la violencia en el noviazgo, casa y trabajo se ha normalizado, es por ello que surgen las denominadas carencias afectivas que de no reconocerse te pueden jalar a vivencias y situaciones que solo van a empeorar tu estado emocional y mental.

En los niños es fácil ver cuándo en casa están pasándola mal, las carencias afectivas dan señales como desobediencia, interés y uso excesivo de aparatos electrónicos, problemas escolares, vacíos emocionales e inseguridad. En adultos dichas conductas se vuelven obsesivas que buscan ser llenadas con vicios, actitudes compulsivas, depresivas y que permiten ser víctimas o victimarios de personas que necesitan tener a alguien inseguro a su lado.

Una baja autoestima provocada por el rechazo familiar, escolar o social generará una vida difícil para quien la sufren, es por ello que se debe buscar ayuda profesional, las terapias psicológicas y psiquiátricas están subestimadas y desestimadas, en una cultura patriarcal dónde los hombres tienen que ser fuertes y las mujeres tienen que ser sumisas y aguantarse son las razones por las cuales no se toma en cuenta dichas situaciones.

En muchos países el cuidar la mente de sus ciudadanos es importante y ya está inmerso en la seguridad social de trabajadoras y trabajadores de los sectores públicos y privados. Los gobiernos que toman en serio la prevención de enfermedades mentales tienen bajos índices de población delictiva y del abuso de sustancias embriagantes y psicotrópicos.

Trabajar sobre ello también baja el índice delictivo de las ciudades, es por ello que ser consiente de nuestras propias carencias afectivas no solo nos hará libres, de desarrollar relaciones sanas para nosotros y con nosotros, sino que también poder trabajar sobre ellas.

El origen de una búsqueda incesante en futuro de un comportamiento tóxico puede venir de la falta de un abrazo, una palabra de aliento, un oído que te escuché, un amigo o amiga, algún deseo de niñez de realizar o experimentar algo, un acto discriminatorio o un hecho aislado que te dejará triste y con la sensación de no merecerte cosas buenas.

La mente también se enferma y daña y es nuestra obligación así como hacemos con nuestro cuerpo de mantenerla sana.

 

¡Nos leemos la próxima semana querido lector un abrazo!

Leo Espinoza, abogado, activista, conductor, político y orgullosamente gay.

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