Por: Leo Espinoza
Ya culminaron las elecciones más convulsas según algunos expertos, pues se jugaba la democracia del país, razón que género dos coaliciones conformadas por tres partidos cada una en la que el centro, la izquierda y la derecha dejaron de brillar para ser opacadas por la retención del poder.
Lo realmente valioso e histórico es que gracias a las acciones afirmativas que encabezo la activista transSalma Luevano Luna originaria de Aguascalientes ahora diputada federal dio entrada a las cuotas para que personas LGBTTTIQ+ llegaran a un puesto de representación proporcional.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordeno que todos los partidos deberían registrar candidaturas diversas, el total de las candidaturas a diputaciones federales fueron 27 personas, otras más se registraron para diputaciones locales, presidencias municipales, sindicaturas, regidurías, concejales.
Aunque muy pocos espacios se lograron ya es una realidad que cada tres años los partidos políticos que aun mantengan su registro buscaran a las poblaciones diversas para cubrir la cuota que les exige el INE, el problema radica en que el canto de las sirenas obligara a la comunidad a dividirse más de lo que ya estaba, cuando se creía que con el nivel de organización, profesionalización y visibilidad crecía dentro de los colectivos, ahora se pondrá a limite por los intereses personales de los que buscaron y buscan un cargo público.
De manera social ya comienza a vislumbrarse la división en Monterrey se realizó la primer marcha trans, y el 19 de este mes se llevara a cabo la primer marcha lésbica. De acuerdo a la organización mundial de la salud la población de LGBTTTIQ+ representa un 15% de la población, si a esa cantidad de personas le sumamos familiares, amigos y conocidos aliados, las sumas nos darían para hasta tener un partido político a nivel nacional.
Pero como todo, las y los lobos vestidos de ovejas dentro del activismo y las luchas sociales rompen esta posibilidad, el sistema patriarcal misógino y homofóbico parece que seguirá perpetuándose, bien dice el dicho “divide y vencerás”.
Se debe analizar con la cabeza fría si las personas disidentes sexuales de aquí a tres años serán más estratégicas y en unidad buscaran más espacios que garanticen lograr las reformas y políticas públicas que se necesitan o que serán coaptadas por el sistema con tal de tener un espacio público. O lo que es peor dejarse manipular y convertirse la diversidad sexual en lo que antes y ahora conocíamos como las “juanitas”.
¡Nos leemos la próxima semana querido lector un abrazo!
Leo Espinoza, abogado, activista, conductor, político y orgullosamente gay.