- Castigo que parece premio a 32 diputados mexiquenses de Morena.
- Sin repercusión la suspensión e inhabilitación en un año no electoral.
- Líder del PVEM, Alberto Couttolenc, saquea capital político del PANAL.
- Enrique Vargas “en caballo de hacienda”, pero necesita resistencia.
El castigo que Morena impuso a 32 de sus 36 diputados locales mexiquenses, vía Comisión de Honestidad y Justicia, tiene varias aristas que deben ser analizadas, más allá del origen de la sanción que fue proponer y aprobar –en diciembre pasado- la continuidad del impuesto de la “Tenencia Vehicular” y aumentar el costo del refrendo en el Estado de México para el ejercicio fiscal 2019.
Por un lado, los comentarios positivos y de asombro en el sentido de que por primera vez se reprimió de manera partidaria a legisladores mexiquenses por contravenir preceptos, estatutos y promesas en campaña de su instituto político. Hubo aplausos sobre lo que en realidad es un simple llamado de atención sin repercusión política o administrativa contra los infractores.
El castigo es sencillo: les fueron suspendidos los derechos políticos de los 32 diputados y quedaron inhabilitarlos para ocupar cargos dentro del partido y para ser postulados como candidatos a puestos de elección popular “durante un periodo de seis meses”. En el caso del diputado Nazario Gutiérrez, será un año de sanción porque fue el que presentó la iniciativa de permanencia del refrendo vehicular en la entidad.
La resolución salió a cinco meses de que militantes de Morena y diputadas que no aprobaron el refrendo denunciaron ante la Comisión de Honestidad y Justicia a Maurilio Hernández y al resto de los 32 legisladores que están en el banquillo.
El castigo parece una señal de autoridad fingida desde la dirigencia nacional, que incluso termina haciéndole un favor a los diputados exhibidos. Suspenderles sus derechos e inhabilitarlos durante medio año, en un año no electoral, es tan irrisorio como si un profesor expulsara a un estudiante mal portado en vacaciones de verano.
Para como presume ser Morena, sanción ejemplar hubiera sido obligar a los diputados a no cobrar dietas durante esos seis meses; revertir el decreto del cobro de tenencia y refrendo en el Estado de México o inhabilitarlos por lo que resta de la gestión legislativa.
Para que vean que no pasa nada, el coordinador de la bancada de Morena en la LX Legislatura local, Maurilio Hernández, anunció que impugnarán la sanción de la Comisión de Honestidad y Justicia, y aclaró que el futuro político de los señalados no está en riesgo.
Eso sí, a partir de esta sanción los diputados de Morena estarán muy presionado a la hora de discutir y votar asuntos de igual o mayor trascendencia que el refrendo vehicular. Y ojo, vienen temas torales como la Ley Universitaria, la nueva Ley Issemym, el matrimonio igualitario (Bodas Gay), el aborto y el cambio del titular del OSFEM. Pero así como son, en una de esas la vuelven a hacer.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Esa bachata de Juan Luis Guerra, “Como abeja al panal”…
En días recientes se supo que el líder del Partido Verde en el Estado de México, José Alberto Couttolenc, llevó a cabo una serie de reuniones de trabajo, que más bien fueron acercamientos para lograr “acuerdos políticos”, con el fin de sumar a las filas del PVEM a quien fue uno de los principales operadores de Nueva Alianza. Y como en todos lados siempre hay un priísta resentido, este caso no es la excepción, pues se trata de Oscar Solórzano, experimentado operador terriotorial que en su momento le acercó al partido turquesa múltiples liderazgos mexiquenses que compitieron por los colores de neoaliancistas. Con esta estrategia Nueva Alianza logró (de panzazo) sacar el registro local en territorio mexiquense, pues la mayoría de los profesores ya estaban operando a favor de Morena en el 2018. El llamado “Pajarito” no pierde el tiempo y por el momento le está chupando toda la miel al PANAL; pero eso no es todo, ya que en próximos días se concretará la nueva travesura de Couttolenc, quien literalmente ya anda de pesca en el extinto partido Encuentro Social (PES).
No por mucho madrugar…
Salvo que ocurra una verdadera desgracia o se le junten varias traiciones azules, como suele suceder en tiempos electorales, al alcalde de Huixquilucan Enrique Vargas del Villar nadie le quita la candidatura a gobernador del 2023 en el PAN, su liderazgo y control político en ese partido -por ahora- es indiscutible. Enrique dispondrá y designará gran parte de las candidaturas de las elecciones intermedias del 2021. Él será diputado local y coordinador de la bancada panista en la Legislatura mexiquense, pues es la plataforma idónea para mostrar su fuerza dentro y fuera del PAN, lo cual le permitirá catapultarse a la próxima elección de gobernador. Hasta ahí todo va bien, pero hay quienes perciben que el panista está asomando demasiado la cabeza, quizá le están ganando las ansias y se expone de forma innecesaria. Alguien le debe decir al alcalde de Huixquilucan que los excesos en inversión de imagen pueden resultar contraproducentes frente a un electorado que aun parece estar enamorado del populismo y de las ocurrencias. Esto de la política es una carrera de resistencia, no velocidad.
