Asunción.- El papa Francisco visitó por sorpresa el Instituto San Rafael, una casa para enfermos terminales y dedicó unos minutos a saludar a los pacientes, para quienes tuvo palabras de aliento.
Por la tarde, tras el almuerzo privado en la sede de la nunciatura apostólica en Paraguay y una siesta, el pontífice se salió de la agenda prevista para un breve paso por la residencia fundada por el sacerdote italiano Aldo Trento, miembro de la Fraternidad San Carlo Borromeo de Comunión y Liberación.
Esto antes de dirigirse al Palacio de Deportes León Condou para reunirse con una nutrida representación de líderes y miembros de organizaciones de la sociedad civil.
En la visita no fue permitida la presencia de las cámaras de televisión por respeto a los enfermos. Dentro del instituto también funcionan un orfanato, una escuela, una casa para ancianos y otra para madres solteras y chicas que han sido abusadas.
El Papa fue recibido afuera de las instalaciones y en el atrio habló con algunos de los enfermos más graves, acostados en sus camas. Les acarició la cara y los abrazó.
Unos 10 minutos después, Francisco se asomó afuera y saludó a la multitud que se había congregado cuando se corrió la voz de que estaría allí. Entonces subió al papamóvil y se dirigió al deportivo León Condou.
«El Papa nos dijo: Gracias, gracias por lo que hacen. ¡Sigan adelante!», contó el padre Trento, tras el paso de Jorge Mario Bergoglio.