miércoles, abril 24, 2024
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A mi manerA

Por Julio A. AGUIRRE

* Chiquito pero picoso.
* Quien con «lobos»
se junta…
* PAN, tan cerca y tan lejos.

Maestro, quisiera saber cómo viven los peces en el mar. Como los hombres en la tierra: los grandes se comen a los pequeños. William Shakespeare.

Recuerdo como si fuera ayer la grata impresión que causó el trabajo legislativo de Ricardo Anaya Cortés, Licenciado en Derecho, queretano de nacimiento, diputado federal de la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, presidente de la Cámara de diputados y líder del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional; hoy presidente nacional de su partido y aspirante a la Presidencia de la República en 2018.

Si nuestra memoria no falla, nos enteramos de la gran despedida que le otorgaron sus «amigos-enemigos» legisladores cuando Ricardo Anaya pidió licencia para buscar la silla principal de su partido. No hubo un sólo diputado de oposición que se expresara mal de él, todo lo contrario.

Muchos elogios -¡hasta de Manlio Fabio Beltrones!- para un joven que pintaba para grandes cosas en pro de su partido y del país. Con apenas 37 años de edad, dicho personaje tiene para «comerse la lumbre a puños».

Es bajito de estatura y tiene cara de niño pero caras vemos, intenciones desconocemos.

Ricardo Anaya Cortés libera en la actualidad una tremenda batalla al interior de su partido. Ese «chaval» que tanto criticó al partido en el poder (PRI) por las malas mañas, hoy da cátedra de las mismas, corregidas y aumentadas.

Llegando a la silla nacional blanquiazul, Anaya Cortés sacó la casta y lo primero que hizo fue traicionar la confianza que en él depositó su entonces padrino Gustavo Madero.

Acción Nacional había perdido credibilidad y muchos mexicanos con edad de votar le dieron la espalda. Si bien no agarró un muerto, Ricardo Anaya se atrevió y tomó a un partido moribundo, electoralmente hablando. Tenía mucho que ganar y poco que perder, así hasta yo.

Llegaron las elecciones en 14 estados y como por arte de magia el PAN resultó el gran triunfador. Una paliza la que recetó al odiado adversario (PRI) y los 7 gobiernos logrados mandaron al partido, y sobre todo a su dirigente, a la cima.

QUIEN CON LOBOS…

La conciencia no nos impide cometer pecados, pero desgraciadamente sí disfrutar de ellos. Salvador de Madariaga.
Ese inesperado éxito hizo, al parecer, que Ricardo Anaya quiera partir y repartir el pastel que ya ven saborearse en el 2018. Hoy Anaya es el PAN y actúa como si el PAN fuera de Anaya.

Mal síntoma. ¿Ya olvidó Ricardo Anaya lo sucedido con Roberto Madrazo Pintado en su etapa de presidente nacional del partido, y al mismo tiempo aspirante a la presidencia de la República? ¿Por qué imitar lo malo y no lo bueno? La ambición por el poder echa, sin duda, a perder muchas mentes que pudiendo ser efectivos y creíbles para la sociedad, terminan defraudando a todos o a una mayoría.

Hoy Ricardo Anaya, notamos, ha perdido piso y busca pelea con gallos muy jugados. Se la pasa retando a Andrés Manuel López Obrador a debatir con él; no le gusta que Margarita Zavala, compañera de partido, aspire a la candidatura blanquiazul. El clásico «yoyismo» político de siempre.

Las actitudes egoístas del dirigente nacional han provocado que los gobernadores emanados de Acción Nacional y otros ex líderes den el manotazo en la mesa y exijan a su líder que deje el cargo si sus aspiraciones presidenciales son legítimas.

Vivillo desde chiquillo, además de aprender a aullar -con muchos lobos se juntó- Ricardo Anaya quiere todas las canicas para él de manera dispareja, injusta y tramposa.

Acción Nacional levantó, ciertamente, con Anaya de presidente, pero no fue él quien hizo el milagro. Tuvo la fortuna de estar en el lugar y la fecha esperada, lo demás ya lo expresamos.

El panismo en un dilema: Tan cerca y tan lejos de cristalizar el sueño de sacar, nuevamente, al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de la residencia oficial de Los Pinos.

Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también amé, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
Correo electrónico: aguirre@8columnas.com.mx

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