jueves, abril 25, 2024
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DÍA INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA Y MEDIA LUNA

 

Por: Sergio Macedo

 

El pasado 8 de mayo se festejó el Día Mundial de la Cruz Roja y Media Luna Roja. Institución considerada la red humanitaria más grande del planeta, integrada por 97 millones de voluntarios y colaboradores distribuidos a lo largo y ancho de 190 países en el planeta.

Dicha conmemoración fue instituida como un homenaje al fundador del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja, Henry Dunant quien nació en 1828 en la ciudad de Ginebra, Suiza.

En México Cruz Roja comenzó su labor en 1910. Además de brindar servicios de emergencia en caso de desastres, también apoya a las comunidades para que sean más fuertes y seguras, a través de la implementación de proyectos de desarrollo y actividades humanitarias, con la finalidad de prevenir y aliviar el sufriendo humano, a través de la acción voluntaria en favor de las personas vulnerables.

 

“Orgulloso de ser Cruz Roja”  

Alejandro Crosby, Técnico en Urgencias Médicas, asegura que no hay mejor manera de festejar el Día mundial de la Cruz Roja, que brindar una atención pre hospitalaria de calidad, pero sobre todo humana, tal como lo aprendió durante su formación hace ya siete años atrás.

Relata que durante su adolescencia conoció a un compañero de escuela que formaba parte de la coordinación de Juventud de la benemérita institución, “escuchaba muy atento todas sus experiencias, en ese momento supe que también quería ser parte de ese movimiento, años más tarde, un problema de salud con un familiar confirmó mi vocación por ayudar, entonces me inscribí a la escuela de Cruz Roja”.

En siete de años de servicio, Alejandro Crosby ha vivido infinidad de anécdotas, unas buenas, otras no tanto, pero el sismo de 2017, en la Ciudad de México sin duda es la experiencia que marcó su carrera como paramédico.

Estar en la “zona cero” le provocó sentimientos encontrados, por un lado, mucha incertidumbre derivada del caos que veía a su alrededor, edificios colapsados, personas heridas, pero también sintió un gran orgullo por pertenecer a Cruz Roja Mexicana, pues tenía la oportunidad de ayudar a las personas”.

“Estaba de guardia en mi delegación cuando se hizo el llamado general a la Ciudad de México, en ese momento dejamos todo, ya ni pude avisar a la familia que iba a la zona cero a auxiliar a la población afectada, en el trayecto todos íbamos callados, no sabíamos a que nos íbamos a enfrentar”.

 

Al llegar a la Ciudad de México nos llevamos una gran sorpresa, en las calles había mucha gente apoyando a los cuerpos de rescate, les daban comida, les abrían paso. Al pasar con la ambulancia de Cruz Roja nos aplaudían, echaban porras, muchos pulgares en alto en signo de apoyo, en ese momento me di cuenta de la importancia que tiene la institución, “se me enchina la piel al recordarlo”, recuerda Alejandro.

Si bien la ciudad a travesaba por un momento muy difícil, para los paramédicos de Cruz Roja el sostén de la población fue fundamental, pues les dio fortaleza para enfrentar el desastre. “Portar el uniforme en esos momentos fue todo un tema de orgullo, una experiencia profesional y personal que no olvidaré, pero también me compromete a ayudar a la gente con profesionalismo y humanidad”.

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