Carlos Vives
* El chico de “La Bicicleta” que sigue conquistando el mundo
Por Monick Huitrón
Tuve el enorme gusto de conocerlo en 1993 cuando vino a México a promocionar el multipremiado “Clásicos de la Provincia” (aún conservo aquél casete que me regaló firmado con un mensaje muy especial luego de nuestra rica charla sobre rock en español) y a pesar de ser el artista del momento debido a que su canción “La Gota Fría” era número 1 de las listas de éxitos en el mercado hispano, su trato y su actitud eran los de un chico sencillo que no había dimensionado la magnitud de su éxito o, que no había perdido su esencia a pesar del éxito. Carlos nació y se crio en un lugar fantástico en el Caribe de Colombia llamado Santa Martha, muy pegadito a Barranquilla. Su padre, Luis Aurelio, es un doctor retirado que toda su vida la compaginó con música porque además, era amigo de grandes músicos y poetas colombianos y para Carlitos fue muy normal convivir con artistas, así que la música era parte de su día a día. El divorcio de sus padres lo llevó a vivir a Bogotá, lugar en el que encontró las más grandes oportunidades que cambiarían su vida. Se empleó en un bar donde la hacía de mesero y de cantante para costearse sus estudios. Aunque quiso ser doctor igual que su papá, no pasó los exámenes de admisión en la universidad así que se matriculó en odontología y en el segundo semestre desertó porque el arte se le cruzó en el camino: Una tarde saliendo de la escuela y ayudando a unas amigas a buscar una dirección, pasó frente a la Escuela Nacional de Arte de Bogotá y cuando vio una actividad que representaban los alumnos, quedó maravillado; entonces, era un chico sumamente tímido, pero eso no le impidió hacer los exámenes necesarios y al mes ya estaba convertido en un estudiante de actuación. Al poco tiempo empezó a hacer comerciales y pequeños papeles en obras de teatro y de ahí, dio el salto a la televisión en la prestigiada cadena Caracol; su enorme talento y carisma lo mantuvieron durante cinco años como parte del elenco de la serie infantil “Pequeños Gigantes” y cuando se dio cuenta, el arte lo había convertido en un muchacho seguro de sí mismo y aquellos temores de su adolescencia ya no existían. Cuando tenía 20 años llegó su gran oportunidad al recibir la oferta de estelarizar la telenovela “El Faraón”, y así pasó los siguientes años, en foros de televisión. En 1986 era el galán del momento en Colombia y Puerto Rico, y esto lo llevó a grabar un par de discos de baladas y música pop, aunque sin el éxito esperado. Después de mucho trabajo y bien consolidado en su país como actor de teatro y televisión, y justo cuando atravesaba un duro divorcio de Margarita Rosa de Francisco, llegó a sus manos el libreto de la historia televisiva que le trajo sus más grandes éxitos y que lo convirtió en una estrella de talla internacional; la serie Escalona basada en la vida del gran compositor Rafael Escalona, le permitió reencontrarse con aquellas canciones que escuchaba en casa cuando era niño; aquellos hermosos vallenatos que cantaban los amigos de su padre en las interminables veladas. Y cosas de la vida, el papel que ahora personificaría era el de un músico y esto fue decisivo para que incursionara de lleno en la industria de la música, ya que el disco que se grabó con las canciones de la serie, fue un exitazo: al término, armó su banda La Provincia y el sonido exquisito que logró al mezclar el vallenato con la cumbia, el rock y el pop, fue una bomba que puso a bailar al mundo entero; con La Gota Fría, Carlitos salió de Colombia y cruzó las fronteras de todos los continentes. Claro, con el éxito llegan otras cosas y después de registrar millones de discos vendidos, de pisar los escenarios más importantes, de recibir cualquier cantidad de reconocimientos y de ser uno de los colombianos más célebres y reconocidos en el mundo, así, sin más, desapareció de la escena y durante 8 largos años la música se perdió de su talento; dejó su casa en Miami y regresó a Colombia en donde alternaba su tiempo entre el restaurante familiar y su teatro, un espacio que montó para no perder contacto con su otra pasión. También aprovechó el tiempo que antes no tenía para producir a otros artistas. Aunque en realidad nunca se alejó de la música, si lo hizo de la industria y es que se quedó sin casa disquera, sin equipo de trabajo y sin músicos. Vinieron tiempos muy difíciles para él y en lo personal tampoco la estaba pasando bien; su segundo matrimonio terminó en un divorcio muy complicado y mediático. Al paso del tiempo, el 24 de mayo de 2012 Sony Music nos tomó por sorpresa cuando anunció su gran regreso con un discazo: Corazón Profundo; “Volví a nacer – Quiero casarme contigo” fue el tema elegido para arrancar esa nueva etapa y en su semana de estreno era número 1 y, al final, se llevó todos los reconocimientos que entrega la industria, por Canción del Año, Disco del año y Artista del Año, entre otros. Pero Carlos Vives no solo es un gran artista, es también un tremendo ser humano que siempre levanta la mano cuando se trata de ayudar. El gobierno francés lo condecoró con la orden “Caballero de las artes y las letras”. Es Embajador de UNICEF, y con música nueva todo el tiempo que le sigue generando muchos éxitos, con una vida estable y muy enamorado; a la distancia, lo veo y me parece que sigue siendo el mismo chico sencillo y encantador que montado en su bicicleta, sigue conquistando el mundo.