POR Alelhi RODRÍGUEZ
La emergencia sanitaria por COVID-19, también afectó a los artesanos de piñatas en el Valle de Toluca, que durante las fiestas decembrinas elaboraban cientos de piezas coloridas, con barro, cartón, papel china y celofan para dar vida y color a las tradicionales posadas y reuniones familiares.
El 2020 es considerado para los productores de las figuras, como el menos favorable para su economía, desde que las autoridades eclesiásticas anunciaron la suspensión de posadas, su producción decayó.
“Cuando nos enteramos que no había posadas, ahí dejamos la elaboración, le dije a mi mujer, para que seguimos con esto, si no se van a vender”, añadió Porfirio Domínguez, dedicado al oficio de las piñatas, en Toluca.
Las piñatas, tradicionales en forma de estrella, que se caracterizan por sus picos y que simbolizan a los siete pecados capitales, hoy solo adornan los espacios donde se ofertan, porque no hay demanda.
“Aquí las tenemos de adorno, nada más, el problema es que para el otro año es difícil ofertarlas, porque con las condiciones climatológicas de la ciudad, se humedecen o se decoloran, y ofrecerle algo así al cliente, no es correcto, por lo que ya nos hicimos a la idea de que si no las vendemos, pues al menos que se utilicen como adorno aquí, en el local”, comentó el vendedor de piñatas.
El trabajo realizado para estas fechas importantes en la economía de los artesanos, quedará rezagado, “llegaron muy pocos clientes esta ocasión, y comentaron que solo las llevaban para adorno, a lo mucho he vendido 10, 12, y las que están colgadas son para la venta, en la bodega tengo como otras 10, entonces esperemos que el 24, compren aunque sea una o dos”.
Productores de piñatas, llaman al consumo local, que en tiempos de pandemia, es de gran ayuda, “compren, el trabajo que aquí se hace es de calidad y con mucho honor, ya sabemos que no hay fiesta, pero como adorno, funcionan, así que si ven las piñatas colgadas, compren, no cuestan más de 50 pesos”, concluyó.
